
El 24 de junio, 2.000 subsaharianos, muchos de ellos sudaneses, intentaron atravesar a la fuerza la frontera metálica de Melilla, lo que causó la muerte de 23 migrantes según datos oficiales. El defensor del pueblo señala la culpabilidad de los agentes de seguridad de España.
«Devoluciones en caliente» es una expresión española que se traduce literalmente como «despido en caliente». Se refiere a la práctica policial de detener a un migrante justo después de cruzar la frontera y devolverlo inmediatamente por la fuerza, ilegalmente y en contra de todas las convenciones. Esto es precisamente lo que acusa a la Guardia Civil el Defensor del Pueblo, un organismo oficial citado por «Infomigrants.net«.
Según el defensor del pueblo, las fuerzas de seguridad devolvieron «manu militari» a 470 inmigrantes, en su mayoría sudaneses, a Marruecos en junio de 2022. Algunos de ellos tuvieron que enfrentarse de nuevo a la gendarmería marroquí, agrega la misma fuente.
El Ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska, respondió que era mentira, que su policía actuó estrictamente en la legalidad. Para él, las víctimas se deben exclusivamente a enfrentamientos entre inmigrantes y las fuerzas del orden marroquíes.
El Defensor informó que: «no encontramos que en el rechazo en frontera de 470 personas en Melilla el 24 de junio se tuvieran en cuenta garantías legales nacionales e internacionales».
El sitio web dedicado a difundir noticias sobre la inmigración, señaló que esta acusación es un «problema para el Gobierno de Sánchez». Cree que el Ministerio del Interior será llamado a declarar al hacerse pública esta información.
17-10-2022