
El jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez anunció la introducción de un nuevo impuesto sobre los beneficios de las empresas energéticas y financieras. Medidas destinadas a apaciguar la ira de sus “aliados” dentro de Unidas-Podemos y devolver brillo a una popularidad en declive de su partido, el PSOE, en las encuestas de intención de voto.
Decisiones que no fueron suficientes para satisfacer a la coalición de extrema izquierda, que sigue condenando el apoyo de Sánchez al plan marroquí de autonomía en el Sáhara. La adopción por parte del jefe del Ejecutivo de la versión marroquí de la tragedia de Melilla, señalando la responsabilidad de las mafias en la muerte el pasado 24 de junio de una veintena de inmigrantes, ha agravado las tensiones entre ambos socios del Gobierno de Coalición.
“No necesitamos al presidente del acuerdo con Marruecos, sino al presidente que se enorgullece de salvar vidas en el Mediterráneo”, ha subrayado el líder del grupo de diputados de Unidas-Podemos, Jaume Asens. Se refiere así a la decisión de Pedro Sánchez, tomada el 12 de junio de 2018, dos semanas después de haber prosperado su moción de censura, para la recepción de 629 migrantes del buque humanitario Aquarius.
En su discurso a los diputados de este martes, Pedro Sánchez insistió en ignorar la crisis con Argelia.
13-07-2022