
La guerra en Ucrania podría extenderse a Moldavia. Maia Sandu, la presidenta de este país que se encuentra entre Rumanía y Ucrania, convocó este martes un consejo de seguridad tras una serie de explosiones en la región separatista prorrusa de «Transnistria». Esta franja de tierra que bordea el suroeste de Ucrania cuenta con el apoyo económico y militar de Moscú.
Moldavia, ex república soviética, teme ser, después de Ucrania, el próximo objetivo Rusia. Estos temores se reforzaron tras las explosiones ocurridas el lunes y martes en Transnistria. Dos detonaciones dañaron este martes dos antenas que transmiten frecuencias de radio rusas, informó el Ministerio del Interior de esta autoproclamada «república» que no es reconocida por ningún país en el panorama internacional.
El día anterior, las autoridades de Transnistria habían afirmado que la sede del Ministerio de Seguridad Pública ubicada en Tiraspol, la «capital» de esta región separatista, había sido objeto de un ataque con un lanzagranadas. Los atentados del lunes y martes no han dejado víctimas mortales, pero las autoridades separatistas de Tiraspol elevaron el nivel de alerta terrorista durante 15 días para reforzar los poderes de las fuerzas de seguridad.
La presidencia moldava ve en estas explosiones un complot que podría servir de pretexto para la intervención rusa. «Este es un intento de aumentar las tensiones», dijo Maia Sandu al margen de la reunión del consejo de seguridad del martes. Al mismo tiempo, Kiev acusó a Moscú de buscar «desestabilizar» la región separatista y Mikhaïlo Podoliak, el asesor de la presidencia de Ucrania, escribió en Twitter que Moldavia «debería esperar recibir invitados».
Rusia sigue de cerca la situación
Por su parte, Rusia «sigue de cerca» la situación en Transnistria, dijo el martes Dmitry Peskov, el portavoz del Kremlin. Rusia proporciona gas gratis a la república separatista y 1.500 de sus soldados están desplegados allí.
Los rusos también han multiplicado las declaraciones que preocupan a Moldavia. Un general ruso afirmó así que Moscú quería apoderarse del sur de Ucrania, en la frontera con Transnistria, para tener acceso directo al enclave separatista. El general Rustam Minnekayev, subcomandante de las fuerzas del Distrito Militar Central Ruso, también consideró que la población de habla rusa de Moldavia fue víctima de «opresión», considerado por occidente como uno de los pretextos invocados por Moscú para invadir Ucrania y «defender» a la minoría rusa.
26-04-2022