
18-02-2022
El analista político Mohamed Bouden dijo que la reunión que mantuvo el Ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita, y su homóloga alemana, Annalena Baerbock, y los pasos dados a nivel del regreso de los embajadores, representan el comienzo de un nuevo capítulo en las relaciones marroquí-alemanas y un intenso dinamismo con factores alentadores.
El académico Mohamed Bouden reveló en declaraciones a la prensa que los factores alentadores entre los dos países surgieron en el contenido de los mensajes intercambiados entre el Rey Mohammed VI y el Presidente alemán Frank-Walter Steinmeier, especialmente porque las relaciones bilaterales marroquí-alemanas son una de las relaciones más importantes que existen entre un país europeo y un país africano, por su ímpetu, larga historia, amplio alcance, futuro prometedor y peso para ambos países.
En cuanto a la historia que une a los dos países, Bouden dijo que esta relación se extiende desde principios del siglo XVI con la presencia de sucursales comerciales alemanas en la ciudad marroquí de Safí, además de las negociaciones para concluir un acuerdo comercial entre Marruecos y la ciudad de Bremen durante el gobierno del sultán alauita Moulay Suleiman, así como la apertura de Alemania a una representación diplomática en Tánger en 1872. La firma de un acuerdo comercial en Fez en 1890, la apertura de una embajada marroquí en Alemania en 1900, y la visita del Kaiser Wilhelm II, conocido como Guillaume II, a Tánger en 1905. Las relaciones entre los dos países se restablecieron desde 1956, por lo que Rabat recibió durante este período a 18 embajadores alemanes hasta 2021.
La misma fuente dijo: «Me imagino que los mensajes del Rey Mohammed VI y del Presidente alemán, y las señales constructivas emitidas por la Ministra de Asuntos Exteriores en el gobierno del Canciller Olaf Scholz, representan un marco que incluye elementos esenciales y normativos para una nueva asociación entre Alemania, que tiene una posición internacional como socio confiable y responsable del Reino de Marruecos, como un país fundamental en África y un socio honesto y realista, tiene la profunda creencia de que sus derechos soberanos y su integridad territorial no deben ser considerados por ningún país como un obstáculo para una cooperación mutua.
Bouden subrayó que existen dimensiones integrales de las relaciones entre los dos países en lo estratégico, económico, político y de seguridad, y la explicación que se puede dar al fructífero dinamismo entre las dos partes se refleja en el tranquilo acercamiento y el creciente interés entre ambos países y que los contactos están en marcha para empezar a arreglar la agenda de las relaciones bilaterales, así como en el marco del liderazgo europeo de Alemania. Por lo tanto, resulta que el período anterior ha quedado atrás y los dos países tienen intereses que se extienden a Europa y África, especialmente en los expedientes de la economía verde y azul, combatiendo el terrorismo y el extremismo violento y aportando lo necesario para abordar las causas de la migración, y Marruecos se ha consagrado internacionalmente como actor y como fuente de soluciones en este sentido.
Subrayó que las relaciones marroquí-alemanas son capaces de construir un acercamiento contemporáneo en beneficio mutuo, y las restricciones que se produjeron en su curso en el pasado pueden considerarse parte de la dinámica de la política exterior en todo el mundo.
Bouden también dejó claro que el Reino de Marruecos «es ambicioso y claro con sus socios, y es natural que sus relaciones se vean afectadas por cualquier país que no adopte posiciones constructivas y explícitas respecto a sus derechos soberanos sobre sus provincias del sur, su integridad territorial, su papel regional en la toma de iniciativas de paz, y sus esfuerzos para combatir los peligros.
El analista destacó que la posición alemana, expresada en el mensaje del Presidente alemán al Rey Mohammed VI, se basa en el respeto a la soberanía territorial del Reino de Marruecos y el apoyo a la iniciativa de autonomía como base lógica y sólida para una solución política a la disputa regional sobre el Sáhara en términos de resoluciones del Consejo de Seguridad, la última de las cuales es la Resolución 2602.