22-12-2021
«Pedro Sánchez está ocupado diciendo que somos la cuarta economía más grande de la UE, mientras que nuestra capacidad de persuadir en el exterior es similar a la de una república bananera«, escribe Jorge Mestre, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Europea de Valencia, en un artículo en «Ok Diario».
“En el tema del Sáhara, todos los grandes países europeos -Alemania, Reino Unido, Francia e Italia- se han posicionado y apoyado a Marruecos, dejando al gobierno de Sánchez en tierra de nadie, entre la inacción y los dolores de una profunda crisis”, subraya Mestre, que enumera los errores del jefe del Ejecutivo español.
«Errores de gestión como la implicación del Instituto Cervantes en la atribución de un premio a la activista saharaui Sultana Khaya, que pide la lucha contra Marruecos con ametralladora en la mano), graves errores diplomáticas (no visitar Marruecos al inicio de su mandato o autorizar el desplazamiento de Brahim Ghali, y un desconocimiento total de la región han puesto las relaciones con Marruecos en el peor momento desde el inicio de nuestra democracia”, menciona el autor.
El canciller Albares, más conocedor de la «calamidad» González Laya, «sigue mintiendo y niega ciertos problemas que pretende resolver con las mismas recetas de la época de la Guerra Fría, sin olvidar el sometimiento a Argelia, a los comunistas de Podemos y al Frente Polisario”, agrega Mestre.
Para él, «el Marruecos de hoy no es el de ayer, y el papel de las potencias occidentales en la región es diferente de un país a otro». Afirma que la reciente crisis del gas, sorprendentemente tolerada por Sánchez, debería abrir los ojos del Ejecutivo y advertir que no somos con Argelia lo que Cuba era con la URSS, que recibió petróleo gratis.
El presidente del Gobierno haría bien en no escuchar demasiado a los radicales de su gabinete y sentarse con quienes realmente saben cómo vincularse con Marruecos, como el Ministro de Agricultura, Luis Planas. Pero hay otros actores relevantes que podrían ayudar a reorientar la relación entre los dos países».
El autor del artículo cita varias partes que pueden contribuir a mejorar las relaciones con Marruecos: «La Casa Real, el actual embajador de España en Rabat, Ricardo Díez-Hochleitner, el diplomático Fernando Villalonga, la exministra de Asuntos Exteriores en la época de Aznar, Ana Palacio o incluso el exministro de Defensa y ex presidente del Congreso de Diputados, José Bono, muy crítico con la gestión de Relaciones Exteriores durante la actual crisis”.
«Si el señor Sánchez se toma en serio la superación de una crisis con Marruecos que se remonta a 2018, debe poner todos los esfuerzos en su resolución diplomática y detener los experimentos obsoletos en política exterior que solo empeoran la situación. Pedro Sánchez no debe seguir haciendo concesiones inaceptables a quienes le susurran al oído, tratando las relaciones exteriores a través del prisma de la política interior. Los errores radicales en el interior no son lo mismo que los errores en el exterior. El primero niega el apoyo ciudadano, el segundo niega el apoyo de vuestros aliados que os dejan en paz», concluyó.