15-11-2021
El 18 de mayo, 30 días después de la hospitalización secreta de Brahim Ghali en Logroño, Marruecos llamó a su embajadora en España, Karima Benyaich, para consulta. Seis meses después de esta decisión, la diplomática marroquí aún no ha regresado a Madrid, suscitando dudas y cuestionamientos en el vecino ibérico, informa «Europa Press».
Una ausencia que pone en tela de juicio las optimistas declaraciones del canciller español que, cada vez que se le pregunta por las relaciones con Marruecos, augura una inminente «normalización». José Manuel Albares ha elogiado repetidamente al Reino, calificándolo de «gran amigo», «gran vecino» y «socio estratégico». Sin embargo, el regreso de la embajadora, que supuestamente marcará el «entendimiento redescubierto», aún no se ha producido.
En este contexto, varias voces en España observan que la destitución de Arancha González Laya el pasado 10 de julio, presentada como única responsable de dar la bienvenida al líder del Polisario, no ha tenido el efecto deseado, informa la agencia de prensa española.
Si este caso del regreso de la diplomática marroquí goza de cobertura mediática, hay otro que concierne al actual embajador de España en Marruecos destacado en Rabat desde 2015. Su mandato debía expirar en octubre de 2020 pero las circunstancias obligaron al gobierno de coalición de izquierda a extender su presencia en Rabat un año más. Una prórroga que expiraba el pasado 31 de octubre. Por el momento, el ejecutivo español no ha anunciado el nombramiento de un sucesor a Ricardo Díez-Hochleitner Rodríguez.