08-06-2021
Según el Observatorio Nacional de Desarrollo Humano (ONDH), la tasa de pobreza absoluta ha disminuido considerablemente desde 2001 hasta situarse en el 1,2% en 2019, vista la mejora global del nivel de vida de los marroquíes, particularmente en las zonas urbanas.
En cuanto a la tasa de pobreza relativa, ésta disminuyó entre 2001 y 2019, pasando del 20,4% al 17,7%, según informa el ONDH en un estudio sobre «La dinámica de la pobreza en Marruecos», cuyos resultados se presentaron el martes en un webinario.
Sin embargo, la tasa de pobreza relativa se mantiene en un nivel aún elevado, sobre todo en las zonas rurales, donde alcanzó el 36,8% en 2019. En el mismo período, la incidencia de la pobreza relativa en las zonas urbanas disminuyó del 9% al 6,4%.
Dicho estudio revela también que, en 2019, casi el 45% de los marroquíes se consideran subjetivamente pobres (38,6% en el medio urbano y 58,4% en el medio rural), apuntando que la pobreza subjetiva (porcentaje de jefes de familia que se consideran en situación de pobreza) afecta a todas las clases sociales, pero en diferentes niveles.
Así que, según informa la misma fuente, la tasa de pobreza subjetiva fue de 55,7% de los 20% más pobres y 26,7% de los 20% más ricos. A nivel nacional, el 48,5% de la población vivió por lo menos una experiencia de pobreza entre 2012 y 2019. Asimismo, entre 2012 y 2019, el 18,2% de las personas se encontraban en situación de pobreza crónica (34,4% en el medio rural frente a 5,5% en el medio urbano). En cuanto a la pobreza transitoria, afectó al 30,3% de las personas a nivel nacional (21,9% en el medio urbano frente a 41,3% en el rural).
Por otro lado, el estudio de los movimientos a través del umbral de pobreza relativa entre 2012 y 2019 muestra que una persona que vive en un hogar pobre tiene un 56% de oportunidades para escapar de esta situación, mientras que el riesgo de caer en la pobreza es del 13,7%.
De acuerdo con el informe del ONDH, la probabilidad de que una persona pobre en 2012 lo siga siendo en 2019 es del 43,3%, según el enfoque longitudinal que ha elegido en su análisis y que le permite arrojar luz sobre los factores determinantes de la entrada en la pobreza.
Así, el análisis econométrico ha revelado que la composición familiar (número de hijos, monoparentalidad…), la situación laboral y el nivel de escolaridad del individuo o del responsable de familia al que pertenece constituyen factores clave para entrar en la pobreza relativa.
Asimismo, y según estima el ONDH, en comparación con la muestra observada entre 2012 y 2019, el hecho de vivir una primera experiencia de pobreza aumenta los riesgos de volver a entrar en pobreza.