
06-05-2021
El uso de cannabis con fines médicos e industriales ya no está prohibido en varios países del mundo, ya que ofrece perspectivas de desarrollo prometedoras tanto social como económicamente, al tiempo que sienta las bases para una práctica respetuosa de estándares de agricultura sostenible.
Así, se realizaron reuniones en la sede del Parlamento y se llevaron a cabo debates paralelos a varios niveles con el objetivo de resaltar los múltiples beneficios del uso legal de esta planta.
Es en esta perspectiva que el Ministro del Interior, Abdelouafi Laftit, anunció que ya se han realizado estudios científicos por parte del Ministerio, que serían presentados en breve.
El martes, la Comisión de Interior, Autoridades Locales, Vivienda y Política de la Ciudad en la Cámara de Diputados siguió una presentación de estudios exhaustivos centrados principalmente en la viabilidad del proyecto, su potencial socio-económico y ambiental, así como los activos y retos que Marruecos debe afrontar para tener éxito en este proyecto a gran escala.
En este sentido, el presidente de la Comisión, Hicham El Mhajri indicó que esta “importantísima” reunión de estudio destacó las perspectivas de este proyecto de ley, sus impactos en la población de la región en cuestión, así como las previsiones de rotación.
Durante este encuentro, los parlamentarios conocieron todas las dimensiones del proyecto, explicando que el proyecto de ley sobre el uso legal del cannabis no aborda lo que es recreativo.
“Esta es una ley que regirá los usos legales de una planta en áreas muy específicas”, dijo.
Por su parte, Mustapha Ibrahimi, presidente del grupo parlamentario del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), dijo que estos estudios se centraron en varias dimensiones relacionadas con este proyecto de ley.
“Si se legaliza”, dijo, el documento describirá formas de expandir el uso legal del cannabis y abordar los aspectos médicos e industriales.
Así, estos estudios presentaron de inmediato un inventario del cultivo de cannabis en el Reino, ofreciendo un conjunto de información de apoyo, cifras y estadísticas, de las que se desprende a primera vista un cierto desequilibrio de orden general.
A partir de la caída de la superficie cultivada de 130.000 a menos de 50.000 hectárea (Ha) en un lapso de 20 años para llegar a las grandes “desigualdades” en términos de ingresos en beneficio de los agricultores, el cultivo de cannabis en su estado actual está “amenazado con ruina a corto plazo ”. Su legalización en varios países de Europa y próximamente en África solo refuerza esta probabilidad.
“Destructor” del medio ambiente, en la medida en que abre la puerta de par en par a las disparidades sociales, el uso ilícito del cannabis constituye así un caldo de cultivo para la pobreza y la marginación de los agricultores. Estos últimos son explotados económicamente por los traficantes, obligados a vivir en la clandestinidad y sin poder participar plenamente en la vida social.
Por otro lado, el uso médico del cannabis podría generar un ingreso anual neto de alrededor de 110.000 dírhams por hectárea, señalan los mismos estudios, señalando que esta cantidad representa una mejora de alrededor del 40% respecto a los ingresos actuales, todo en el marco de prácticas respetando los estándares de agricultura sostenible.
Además, de estos estudios se desprende que el mercado europeo será el objetivo en primer lugar, en particular por la facilidad de acceso y teniendo en cuenta factores vinculados a las previsiones de evolución del consumo y el volumen de las importaciones.
Por el lado legislativo, los mercados prioritarios para el cannabis medicinal marroquí son España, Países Bajos, Reino Unido y Alemania, con previsiones de 25.000 millones de dólares al año para 2028. Los mismos estudios muestran que teniendo en cuenta el potencial de los franceses e italianos, los mercados incrementarán el volumen del mercado potencial en 17 mil millones de dólares, hasta alcanzar los 42 mil millones.
El uso medicinal de esta planta reduciría una serie de riesgos asociados al contrabando y al consumo de drogas, así como los relacionados con la salud y el medio ambiente. Económicamente, el desarrollo de esta cadena de producción permitirá al Reino pasar de la condición de país importador a la de exportador de productos médicos, farmacéuticos e industriales.