
03-11-2020
El FMI espera que el crecimiento del PIB en Marruecos se recupere al 4,5% en 2021, bajo el supuesto de que los efectos de la sequía y la pandemia disminuirán.
Bajo el efecto combinado de la sequía y la pandemia, se espera que el PIB se contraiga dentro de un rango de 6 a 7% en 2020 dependiendo de la evolución de esta pandemia, y se espera que la tasa de desempleo aumente drásticamente. Se espera que los déficits fiscal y externo se amplíen, debido a la disminución de los ingresos tributarios y la disminución de los ingresos en divisas provenientes del turismo, respectivamente, según el jefe de la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Marruecos, Roberto Cardarelli.
Durante una conferencia de prensa dedicada a la presentación de las conclusiones de sus consultas con las autoridades marroquíes, en virtud del artículo IV del FMI, Cardarelli señaló que a pesar de la rápida respuesta de las autoridades, la pandemia ha tenido repercusiones negativas en su población, como en todos los países del mundo.
No obstante, la resistencia de las remesas de los marroquíes residentes en el extranjero y la caída de las importaciones han limitado las necesidades de financiación exterior de Marruecos, y las reservas internacionales se mantienen muy por encima de su nivel del año pasado.
Los ingresos fiscales cayeron drásticamente y las autoridades aumentaron el gasto público y revisaron su composición para minimizar el impacto económico y social de la crisis. Entre las medidas tomadas en este contexto, los subsidios a los empleados afectados y las transferencias de efectivo a los trabajadores de la economía informal, han apoyado la demanda interna, protegiendo a los grupos más vulnerables de la población y preservando el tejido productivo.
Según Cardarelli, la ley de finanzas de 2021 (PLF-2021) pretende seguir apoyando la recuperación en los próximos años, principalmente a través de la reactivación de la inversión y la reforma del sistema de protección social anunciada recientemente por las autoridades. También coinciden con las autoridades en que el proceso de reequilibrio fiscal debe ser gradual y solo debe emprenderse cuando la recuperación económica sea fuerte.
Si bien reconoce la incertidumbre excepcional que rodea el momento y el ritmo de la recuperación, el personal recomienda en sus proyecciones de referencia comenzar a reducir la relación deuda pública / PIB a partir de 2022.