Tras la votación histórica del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que aprobó con 11 votos a favor, ninguna oposición y tres abstenciones el texto que apoya el plan de autonomía del Sáhara propuesto por Marruecos, la delegación de Argelia ofreció un discurso en el que explicó su decisión de no participar en la votación.
El representante argelino señaló que esta postura buscaba “demostrar nuestro distanciamiento de un texto que no refleja la doctrina de las Naciones Unidas de descolonización”, cuestionando que la resolución no permite que “la decisión de su futuro le corresponda a un pueblo que se encuentra bajo dominio colonial”.
En su intervención, Argelia recordó la importancia del principio de libre determinación y citó al expresidente estadounidense Woodrow Wilson al afirmar que “los pueblos no se pueden traspasar de una soberanía a otra por medio de una conferencia internacional o de un acuerdo entre rivales y antagonistas; las aspiraciones nacionales deben respetarse y los pueblos deben estar gobernados solo por su propio consentimiento”. Además, invitó a los demás países a ponderar esta declaración para repensar su apoyo a la resolución aprobada.
El representante argelino reconoció la participación de su país en la negociación del texto “de buena fe” y agradeció a Estados Unidos “por la autoría del texto y su esmero por mejorar el documento”. Sin embargo, enfatizó que “aún queda debiendo» por no tomar en cuenta los aportes del Frente Polisario, por lo que no puede ser un texto base para un proceso de paz duradera, señalando que el texto “se queda muy corto sobre las aspiraciones y expectativas del pueblo del Sáhara representado por el Frente Polisario, un pueblo que desde hace 50 años practica la resistencia para tener voz y voto sobre su propio destino”.
Argelia también cuestionó la estructura de negociación propuesta, afirmando que si el objetivo es “encontrar una solución justa, duradera y mutuamente aceptable se entiende que la manera de lograrlo suscita dudas legítimas”. Ya que de acuerdo con su delegado, el marco adoptado “antepone una opción ante la otra” y provoca un “desequilibrio entre las dos partes en conflicto ya que ejerce hincapié únicamente en la ambición de una de las partes, silenciando las aspiraciones de la otra parte”, al no considerar las propuestas del Frente Polisario presentadas ante la Secretaría General de la ONU y el propio Consejo de Seguridad.
El discurso argelino también incluyó observaciones sobre el plano jurídico: “este texto suscita dudas jurídicas sobre el marco de negociación propuesto ya que atenta contra la arquitectura del orden internacional”. Asimismo, criticó la falta de flexibilidad, creatividad y diplomacia necesarias para alcanzar una solución satisfactoria, lamentando que el redactor, en este caso Estados Unidos, no haya podido resistir las presiones de «ustedes ya saben quién para poder aportar las modificaciones necesarias de manera que el texto fuera aceptable para todos”.
Igualmente, el representante de Argelia, expresó que la resolución, aunque aprobada, “no crea aún el impulso para su éxito” y destacó que el país está dispuesto a negociar siempre que las conversaciones respeten “la equidad, la imparcialidad y la justicia”. Una postura que busca enfatizar que la participación de Argelia está condicionada a lo que ellos consideran «un marco de negociación más equilibrado, inclusivo y respetuoso de las aspiraciones de todas las partes implicadas».
En este contexto, el discurso de Argelia refleja su desacuerdo con la resolución aprobada, justifica su no participación en la votación y resalta que el documento beneficia más a Marruecos que al Frente Polisario por que lo consideran injusto y desequilibrado. Aunque reconoce los esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos y otros miembros del Consejo, insiste en que el texto actual no representa, según su visión, una base adecuada para una paz duradera en el Sáhara.
31/10/2025









