La diplomacia marroquí se prepara para desempeñar un papel clave en uno de los temas más sensibles de la agenda social global: la erradicación del trabajo infantil. Desde Ginebra, el embajador Omar Zniber, representante permanente de Marruecos ante las Naciones Unidas, ha encabezado en la sede de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) una reunión informativa que marca la recta final de los preparativos para la 6ª Conferencia Mundial sobre la Eliminación del Trabajo Infantil, prevista del 11 al 16 de febrero en el propio Marruecos.
El encuentro, al que asistieron agencias internacionales, ONG, Estados miembros y socios sociales, no fue una simple reunión técnica. Fue, más bien, el punto de convergencia de meses de consultas regionales y negociaciones tripartitas celebradas en los cinco continentes, cuyo propósito ha sido afinar una hoja de ruta global para enfrentar un fenómeno que aún afecta a millones de niños.
Del diagnóstico a la acción
Zniber presentó las conclusiones de esas consultas —desde África hasta América, pasando por Asia y Europa— y trazó el mapa de prioridades que orientará la conferencia. En el centro del debate surgen temas clásicos pero urgentes: educación y formación, protección social, trabajo decente, formalización laboral y financiamiento sostenible.
A ellos se suman tres sectores especialmente vulnerables: la agricultura, la minería y el trabajo doméstico. En paralelo, las llamadas “peores formas de trabajo infantil” —desde la explotación sexual, incluida la digital, hasta la trata, el trabajo peligroso o la participación forzada en conflictos armados— ocuparán un espacio central en las discusiones.
Nuevas amenazas en un mundo cambiante
El embajador marroquí advirtió asimismo sobre los factores emergentes que reconfiguran el panorama del trabajo infantil. El auge del trabajo digital y en línea, el desplazamiento forzado de menores —ya sea como refugiados o dentro de sus propios países—, los conflictos bélicos y los fenómenos climáticos extremos constituyen, según Zniber, “una nueva frontera” en la lucha contra la explotación infantil.
El legado de Durban y el desafío de cumplir
Los delegados coincidieron en que el punto de partida sigue siendo el Llamado a la Acción de Durban adoptado en 2022. Su relevancia permanece intacta, pero la nueva cumbre busca algo más que declaraciones de buenas intenciones: se exigirá establecer metas precisas, mecanismos de rendición de cuentas y una mayor transparencia en el seguimiento de los progresos.
“Sin evaluación ni responsabilidad, el compromiso se diluye”, subrayaron algunas delegaciones, urgidas por la necesidad de convertir los consensos en políticas concretas.
Cooperación y voluntad política: las llaves del cambio
Otra de las expectativas destacadas es revitalizar la cooperación internacional y renovar la voluntad política en un contexto de crisis múltiples. La conferencia pretende identificar los vacíos en la aplicación de compromisos anteriores, incorporar los desafíos emergentes y repensar la naturaleza misma de la cooperación al desarrollo.
En la sala, representantes de la FAO, UNICEF, la OIM y organizaciones no gubernamentales comprometidas con la defensa de la infancia expresaron su intención de contribuir activamente a una agenda que promete no solo diagnósticos, sino también resultados.
Si todo sale según lo previsto, Marruecos no solo será el anfitrión de la cumbre, sino también uno de los arquitectos de una nueva etapa en la cruzada global contra el trabajo infantil. Porque, como recordó un participante al salir del encuentro, “el trabajo de los niños debería ser soñar… y estudiar para cumplir esos sueños”.
31/10/2025









