La Unión Africana (UA) ha lanzado una dura advertencia sobre la situación en Sudán, denunciando graves violaciones de derechos humanos y posibles crímenes de guerra en la ciudad de El-Fasher, recientemente capturada por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) tras un asedio que se prolongó durante 18 meses. Con esta conquista, los paramilitares consolidan su dominio total sobre la región de Darfur, una de las zonas más inestables del país.
El presidente de la Comisión de la UA, Mahamoud Ali Youssouf, condenó “con la mayor firmeza las atrocidades y violaciones flagrantes del derecho internacional humanitario, incluidos asesinatos de civiles por motivos étnicos”. Además, subrayó que los responsables deberán responder ante la justicia y advirtió sobre una “escalada alarmante de la violencia” que amenaza con agravar aún más la ya crítica situación humanitaria.
El colapso de la última resistencia en Darfur
Hasta hace pocos días, El-Fasher era el último bastión controlado por el ejército sudanés en Darfur. Su caída representa un giro decisivo en la guerra que enfrenta, desde abril de 2023, a las RSF del general Mohamed Hamdan Dagalo (Hemedti) contra las fuerzas regulares comandadas por el general Abdel Fattah al-Burhan.
El propio al-Burhan reconoció públicamente el “retiro seguro” de sus tropas, prometiendo vengar la pérdida de la ciudad y continuar la lucha “hasta liberar la tierra”.
La ofensiva de las RSF, iniciada en mayo de 2024, sumió a la población civil en un infierno: barrios enteros quedaron aislados, los hospitales colapsaron y la ayuda humanitaria fue prácticamente imposible de hacer llegar. Según las agencias de la ONU, cientos de miles de habitantes de El-Fasher viven sin alimentos, agua potable ni atención médica.
Preocupación internacional ante la dimensión étnica del conflicto
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, advirtió sobre un creciente riesgo de atrocidades “motivadas por razones étnicas”, señalando que su oficina ha recibido informes sobre ejecuciones sumarias y abusos sistemáticos cometidos por las RSF. Estas denuncias evocan los recuerdos más oscuros del conflicto de Darfur de principios de los años 2000, que ya había dejado una profunda cicatriz en la conciencia internacional.
Una tragedia humanitaria sin precedentes
Las cifras que acompañan este conflicto son desoladoras: más de un millón de desplazados solo desde El-Fasher, decenas de miles de muertos en todo el país y casi 12 millones de personas forzadas a abandonar sus hogares desde el inicio de la guerra. La ONU no duda en calificar esta crisis como “la peor catástrofe humanitaria del mundo”.
Mientras la comunidad internacional multiplica las declaraciones de condena, la UA insiste en que “no existe una solución militar” y exige la apertura urgente de corredores humanitarios que permitan salvar vidas. Sin embargo, en el terreno, la realidad parece avanzar en sentido contrario: el poder de las armas continúa imponiéndose sobre los esfuerzos diplomáticos, y Sudán se hunde cada día más en una guerra de desgaste que amenaza con desintegrar el país.
28/10/2025









