La patronal marroquí distingue a Red Med Private Equity y renueva la confianza en la tecnológica HPS, evidenciando un viraje estratégico hacia la sostenibilidad como pilar de competitividad.
En un mundo empresarial donde la rentabilidad ya no es el único barómetro del éxito, Marruecos avanza con paso firme para consolidar un nuevo paradigma corporativo. La reciente decisión de la Confederación General de Empresas de Marruecos (CGEM) de otorgar su codiciado sello de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) a la firma de capital riesgo Red Med Private Equity y renovarlo para la gigante tecnológica HPS, es mucho más que una simple noticia sectorial. Es la crónica de una transformación silenciosa pero profunda en el corazón económico del reino alauí.
Este no es un mero acto protocolario. La distinción, anunciada tras la última reunión del comité de la CGEM, representa la culminación de un riguroso proceso de auditoría externa. Durante meses, expertos independientes han escrutado las estrategias de gestión de ambas compañías, no solo en sus balances financieros, sino en el impacto que generan en su entorno social y medioambiental.
El mensaje es claro: la sostenibilidad ha dejado de ser un apartado cosmético en los informes anuales para convertirse en un imperativo estratégico. El sello de la CGEM, válido por tres años, exige a las empresas integrar plenamente las expectativas de sus stakeholders —desde empleados y clientes hasta la comunidad local y el planeta— en el núcleo de su toma de decisiones.
El caso de las dos empresas protagonistas es particularmente revelador. Por un lado, Red Med Private Equity, un actor clave en el mundo de la inversión y el capital, demuestra que el sector financiero, a menudo percibido como un motor puramente económico, está adoptando un papel proactivo en la construcción de un futuro más responsable. Por otro lado, la renovación del sello para HPS, líder global en soluciones de pago electrónico, consolida a una empresa tecnológica que ya había interiorizado estos valores.
Es significativo que el proceso de renovación no sea un trámite automático. Según la propia CGEM, el nivel de exigencia para mantener la distinción es superior al de la evaluación inicial. Esto obliga a las empresas a no conformarse con los logros pasados, sino a embarcarse en un ciclo de mejora continua. Se premia la ambición, no la autocomplacencia.
Esta iniciativa de la patronal marroquí debe leerse en un contexto global. En un mercado internacional cada vez más competitivo, los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) se han convertido en un factor decisivo para atraer inversión extranjera y acceder a nuevos mercados. Al certificar el compromiso de sus miembros, la CGEM no solo los aplaude, sino que los posiciona estratégicamente en el tablero mundial, dotándolos de un lenguaje y una credibilidad que trascienden fronteras.
Así, lo que a primera vista podría parecer un reconocimiento local, es en realidad un movimiento calculado que fortalece la marca «Marruecos» como un destino de negocios fiable, moderno y, sobre todo, consciente. La apuesta por la responsabilidad corporativa ya no es una opción, sino el fundamento sobre el que se edificará la competitividad de la economía marroquí del mañana.
27/10/2025









