Marruecos ha dado un paso importante en su compromiso con la transición energética: eliminar progresivamente la generación eléctrica a base de carbón antes de 2040. No obstante, este ambicioso objetivo dependerá en gran medida del acceso a financiamiento internacional que garantice la viabilidad del proceso, según la Powering Past Coal Alliance (PPCA), de la cual el Reino es miembro desde 2023.
Una transición condicionada pero estratégica
En un comunicado emitido el 23 de octubre, la PPCA destacó los esfuerzos del país por acelerar el desarrollo de proyectos basados en gas natural y energías renovables, pilares centrales para reducir la dependencia del carbón, que todavía ocupa un lugar predominante en la matriz energética nacional.
Los datos oficiales muestran una evolución significativa: en 2024 el carbón representaba el 59,3 % de la producción eléctrica, frente al 70 % registrado en 2022. Paralelamente, el gobierno se ha fijado la meta de elevar la cuota de energías renovables al 52 % de la capacidad eléctrica instalada para 2030, frente al 45 % actual.
Una transición hacia un modelo energético local y limpio
Para Julia Skorupska, presidenta del secretariado de la PPCA, Marruecos “progresa con determinación hacia una transición energética sólida, que busca sustituir la dependencia de los combustibles fósiles importados por una producción nacional basada en fuentes renovables”. Skorupska subrayó además que la fijación de un calendario para el abandono del carbón marca “una etapa decisiva hacia un aire más limpio, empleos verdes y una energía más accesible para todos”.
Reformar para transformar
Desde el ámbito académico, Rachid Ennassiri, presidente del Centro IMAL de Investigación Climática Independiente, interpreta este nuevo compromiso como una señal clara de que Marruecos pretende anticipar la clausura de sus centrales térmicas de carbón, revisar los marcos contractuales existentes y garantizar una transición justa, apoyada por mecanismos de financiamiento climático a escala global.
Esta orientación coincide con la estrategia nacional para reducir las emisiones de carbono, una política sostenida durante la última década por la puesta en marcha de grandes proyectos de energía solar y eólica, como el complejo Noor de Ouarzazate, considerado uno de los más vastos del mundo.
De actor regional a referente energético
La adhesión de Marruecos en 2023 a la Powering Past Coal Alliance, que agrupa a más de sesenta gobiernos, consolida su posición dentro de la comunidad internacional comprometida con la cooperación técnica y financiera en materia de transición energética.
Paralelamente, el Reino ha elevado sus ambiciones climáticas, comprometiéndose a reducir en más del 45 % sus emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2030, en línea con sus compromisos ante las Naciones Unidas.
Una visión a largo plazo
Esta hoja de ruta forma parte de una visión estratégica que aspira a convertir a Marruecos en un polo regional de energía limpia en África y el Mediterráneo, aprovechando su posición geográfica privilegiada y su infraestructura eléctrica interconectada con Europa.
Más que un simple giro energético, este proceso representa una transformación estructural del modelo de desarrollo marroquí, donde la sostenibilidad, la independencia energética y la cooperación internacional convergen hacia un mismo horizonte: un Marruecos sin carbón, competitivo y verde para 2040.
26/10/2025









