En un informe que resonó con fuerza en el Consejo de Seguridad, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, elevó el tono de su advertencia al movimiento del Polisario. Sus palabras fueron una llamada de atención sin ambigüedades: las continuas violaciones del alto el fuego en el Sáhara, respaldadas por pruebas concretas, amenazan no solo la estabilidad regional sino la integridad de la misión de paz de la ONU.
Los incidentes que cita el informe son tan precisos como preocupantes. El 9 de noviembre de 2024, durante los actos conmemorativos del 49º aniversario de la Marcha Verde en Al Mahbès, se registró un intercambio de fuego atribuido al Polisario. Aunque no hubo víctimas, la investigación posterior de la MINURSO descubrió restos de cuatro cohetes a escasos cientos de metros de un mercado civil. Para Guterres, aquello no deja duda sobre la naturaleza del ataque, dirigido deliberadamente contra población no combatiente, y frustrado solo por la intervención de las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos.
El informe también recuerda la carta enviada al secretario general por el embajador marroquí el 12 de noviembre de ese mismo año, documento en el que Rabat advertía que se reservaba el derecho de responder “en plena conformidad con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas”, que consagra la legítima defensa frente a actos de agresión.
No fue un episodio aislado. Guterres señala otra acción armada el 28 de junio de 2025, cuando cuatro disparos de cohetes impactaron cerca del puesto de la MINURSO en Smara. Uno de ellos cayó a apenas 200 metros de las instalaciones de la misión, el incidente más cercano desde la reanudación de hostilidades en 2020. Según el informe, los proyectiles eran de tipo explosivo de 122 milímetros, una demostración del creciente riesgo que corren los cascos azules en la zona.
Estas agresiones, subraya el secretario general, representan una violación flagrante del derecho internacional y de las resoluciones del propio Consejo de Seguridad, incluida la 2589 (2021), que califica los ataques contra el personal de mantenimiento de la paz como crímenes de guerra. En consecuencia, la ONU ha exigido al Polisario asumir su responsabilidad y cesar de inmediato las hostilidades.
La respuesta marroquí no tardó en llegar. Las Fuerzas Armadas Reales dirigieron una comunicación oficial a las autoridades onusinas, denunciando la “conducta criminal y terrorista” del grupo. Con este nuevo episodio, la cuestión sahariana vuelve a situarse en el centro del debate diplomático internacional, mientras la comunidad mundial observa con creciente inquietud cómo las tensiones en el desierto amenazan con erosionar uno de los procesos de paz más prolongados y frágiles bajo el paraguas de las Naciones Unidas.
24/10/2025









