El reciente apoyo del Parlamento Centroamericano (Parlacen) a la integridad territorial de Marruecos, incluyendo el Sáhara, no es simplemente una declaración protocolaria. Se trata de un gesto político de calado que refuerza el peso diplomático del Reino en un contexto regional marcado por décadas de estancamiento. La decisión, adoptada en la Asamblea General del Parlacen en El Salvador, viene a coronar años de un paciente trabajo de acercamiento entre Rabat y sus aliados de América Central.
Carlos René Hernández, presidente del Parlacen, subrayó en su encuentro con parlamentarios marroquíes en Ciudad de Guatemala que el voto de su institución se apoya en la convicción de que el plan de autonomía presentado por Marruecos representa la única vía realista y viable para resolver un diferendo que él mismo calificó de “artificial”. En sus palabras, la propuesta marroquí no solo responde a una lógica de soberanía nacional, sino que ofrece un marco de estabilidad para toda la región del Magreb.
De fondo, se percibe una lectura estratégica: Marruecos ha logrado que la narrativa sobre el Sáhara deje de ser un asunto meramente africano para adquirir una dimensión intercontinental, presente hoy en los foros parlamentarios de América Latina y el Caribe.
Durante su estancia en Rabat y en El Aaiún, los delegados del Parlacen pudieron comprobar —según relató Hernández— el despliegue de proyectos económicos e infraestructuras sociales impulsados por el Estado marroquí en el Sáhara. La llamada Declaración de El Aaiún, firmada conjuntamente por el presidente del Parlacen y su homólogo marroquí de la Cámara de Consejeros, simboliza la consolidación de ese nuevo entendimiento.
El reconocimiento, además, se cimenta en un tejido de cooperación Sur-Sur cada vez más denso. Los foros conjuntos sobre migración, desarrollo económico, participación femenina e inversión celebrados este año en varios países latinoamericanos han permitido a Marruecos proyectar su diplomacia parlamentaria con una constancia que empieza a dar frutos visibles.
Por su parte, la delegación marroquí expresó su “profunda consideración” por el respaldo “noble y fraternal” del Parlacen, en un tono que dejó entrever tanto gratitud como estrategia: la causa sahariana se refuerza cuando deja de ser un monólogo y se convierte en diálogo global.
El movimiento encaja, además, con la orientación definida por el rey Mohammed VI de afianzar la cooperación entre el Reino y el Sur global. La apuesta es clara: sustituir la lógica de los alineamientos ideológicos del pasado por la de las alianzas pragmáticas del siglo XXI.
En suma, el apoyo del Parlacen no cambia de inmediato la realidad sobre el terreno, pero sí reafirma la creciente convergencia de visiones entre Rabat y sus socios latinoamericanos. En la batalla de legitimidades diplomáticas, cada voto cuenta, y el de Centroamérica, esta vez, ha resonado con fuerza en el tablero internacional.
23/10/2025