El proyecto del túnel submarino que conectará España y Marruecos bajo el Estrecho de Gibraltar ha registrado un avance significativo, que va más allá de la reciente adjudicación a Vodafone del contrato de telecomunicaciones para el equipo de planificación. La empresa británica proporcionará servicios de voz y datos avanzados, esenciales para garantizar la comunicación y operatividad del equipo técnico, integrado por unas quince personas. Este paso se suma a los estudios y planes de viabilidad que ambos países vienen desarrollando de manera conjunta, reflejando un renovado impulso administrativo y la intención de consolidar de manera efectiva la preparación de esta infraestructura histórica.
Por un lado, Herrenknecht, líder mundial en tuneladoras, evalúa la factibilidad constructiva bajo el Umbral de Camarinal, mientras que la consultora pública Ineco analiza la viabilidad económica, considerando flujos de viajeros, mercancías y posibles fuentes de ingresos complementarios, como servicios de fibra óptica y actividades comerciales en estaciones. La combinación de estos análisis pretende ofrecer un marco integral que permita proyectar la construcción de esta infraestructura monumental.
Con una longitud estimada de entre 40 y 42 kilómetros y una profundidad máxima cercana a los 300 metros bajo el nivel del mar, el túnel se perfila como un corredor ferroviario de gran alcance entre Europa y África. Expertos señalan que su materialización requerirá inversiones cercanas a los 50.000 millones de euros y podría extenderse hasta 2040, aunque la definición técnica y financiera en los próximos años será clave para acortar los plazos. La coordinación entre Secegsa y su homóloga marroquí, SNED, muestra un compromiso renovado para avanzar en este proyecto estratégico.
Igualmente, el impacto económico y logístico de la futura conexión podría ser considerable tal como su inversión. Pues, a la vez que mejorará la movilidad de personas y mercancías entre ambos continentes, el túnel tiene el potencial de fortalecer el comercio mediterráneo y generar sinergias energéticas y de telecomunicaciones. Expertos internacionales han destacado que de concretarse el proyecto, la infraestructura será un símbolo de cooperación bilateral y un elemento capaz de transformar las dinámicas comerciales y de transporte en la región mediterránea, con beneficios extendidos hacia Europa y África.
No obstante, los desafíos permanecen: la complejidad geológica, la magnitud de la inversión y la coordinación transnacional son factores que podrían retrasar la ejecución efectiva del túnel. No obstante, la reciente adjudicación a Vodafone y los estudios técnicos y financieros en curso consolidan la planificación y confirman la ambición de España y Marruecos de hacer realidad un proyecto global estratégico.
30/08/2025