La Unión Europea ha dado un nuevo paso en su estrategia hacia Rusia al respaldar, con la única excepción de Hungría, la posibilidad de trasladar la misión de adiestramiento militar de tropas ucranianas al propio territorio de Ucrania. La propuesta, presentada en la reunión informal de ministros de Defensa en Copenhague, se condiciona a la existencia de un alto el fuego o tregua con Moscú, pero refleja un cambio de escala en el apoyo comunitario a Kiev.
Hasta ahora, más de 80.000 soldados ucranianos habían sido entrenados en suelo europeo; pero la eventual presencia de instructores de la UE en Ucrania representaría una nueva etapa con mayores riesgos y mayor implicación política por parte del bloque en el conflicto.
Este debate se produce en un contexto de fuerte conmoción en Ucrania tras el asesinato en Leópolis de Andriy Parubiy, expresidente del Parlamento y una de las figuras más influyentes de la última década en la vida política del país. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski confirmó la noticia y calificó el crimen como un golpe adicional en medio de una guerra que ya ha dejado consecuencias devastadoras en el plano militar y social.
Asimismo, la UE debate un nuevo paquete de sanciones contra Moscú tras los bombardeos recientes contra Kiev, que dejaron al menos 23 muertos y alcanzaron instalaciones diplomáticas internacionales. Sería la decimonovena ronda de sanciones, con especial atención a restricciones energéticas y financieras. El argumento central en Bruselas es que Rusia continúa escalando el conflicto, profundizando su cooperación con actores como Corea del Norte y usando el terrorismo aéreo como herramienta estratégica, lo que obliga a intensificar la presión.
Es así como el asesinato de Parubiy y los ataques a la capital ucraniana refuerzan la narrativa europea de que solo un mayor compromiso militar y diplomático puede contener a Moscú. Sin embargo, también elevan el dilema sobre hasta dónde puede llegar la intervención del grupo de los 27 sin convertirse en parte directa del conflicto.
Cabe recordar que hasta desde el inicio de la guerra hasta este agosto 2025, la UE ha comprometido más de 63.000 millones de euros en ayuda militar, y el debate sobre la formación de tropas dentro de Ucrania abre una nueva ventana de participación europea mientras que el espacio para la diplomacia parece reducirse. Lo que provoca que el bloque se opte cada vez más por ejercer presión sostenida por medio de sanciones, entrenamiento en el terreno y respaldo militar hacia Ucrania.
30/8/2025