Un equipo de arqueólogos en Marruecos ha descubierto los restos de un dinosaurio acorazado único, llamado Spicomellus, que vivió hace 165 millones de años. Este hallazgo es catalogado, por los expertos como «excepcional», ya que esta nueva especie adelanta en 30 millones de años la aparición de los anquilosaurios con armas en la cola, sugiriendo que estos reptiles desarrollaron sofisticadas estrategias defensivas mucho antes de lo que se pensaba.
El Spicomellus presentaba un cuerpo fuertemente protegido, con seis púas a lo largo de las costillas, un escudo pélvico y un “collar” óseo en el cuello con cuatro enormes pinchos, uno de los cuales medía 87 centímetros. En una publicación de EuroNews, la profesora Susannah Maidment, del Museo de Historia Natural, comentó que estas estructuras habrían servido para la defensa y podrían haber estado recubiertas de material córneo, incrementando aún más su longitud y su efectividad intimidatoria.
El análisis de los restos de la cola encontrada muestra vértebras fusionadas que sostenían lo que podría considerarse una versión temprana del garrote característico de los anquilosaurios posteriores. Esta arma habría sido capaz de infligir daños significativos a depredadores, redefiniendo la línea temporal del desarrollo de armamento corporal en estos dinosaurios. Además, los investigadores consideran que la armadura del Spicomellus podría haber tenido un componente de exhibición, mostrando su fuerza y tamaño a otros miembros de la especie o a competidores.
El descubrimiento realizado en el Atlas marroquí amplía el conocimiento sobre la evolución de los dinosaurios acorazados, y ofrece pistas sobre el papel de la armadura en la supervivencia y la interacción social de la especie. Los hallazgos sobre la especie Spicomellus dan pistas de cómo la combinación de defensa y exhibición pudo haber sido un factor clave en la evolución temprana de los anquilosaurios, antes de que sus descendientes simplificaran la armadura para priorizar la protección.
29/08/2025