Las familias de los rehenes israelíes en Gaza volvieron este martes a ocupar las calles en una jornada nacional de movilización que coincidió con la reunión del gabinete de seguridad, convocada para definir la estrategia frente a Hamás. El Foro de las familias de secuestrados, junto con movimientos opositores al gobierno de Benjamin Netanyahu, llamó a manifestarse con el objetivo de forzar un acuerdo que garantice la liberación de los cautivos.
Protestas masivas y exigencias al gobierno
La convocatoria buscaba replicar la magnitud de las marchas del domingo, con miles de personas bloqueando carreteras y reclamando el fin de la guerra. Ocho días después de que Hamás respondiera de forma positiva a las condiciones de un posible acuerdo, el gobierno israelí aún no ha dado una respuesta oficial, lo que aumenta la frustración de los familiares.
En este contexto, los manifestantes denuncian que la decisión del gabinete de avanzar hacia la conquista de Gaza, incluso en contra de las reservas expresadas por el propio jefe del Estado Mayor, pone en grave riesgo a los secuestrados. Según el Foro, sus vidas podrían perderse tanto por la ofensiva militar como por represalias de los captores.
Un comunicado difundido por la organización fue contundente: “Una mayoría absoluta del pueblo israelí desea el retorno de nuestros familiares. El retraso deliberado en la firma de un acuerdo va en contra de la voluntad popular y de nuestros valores fundamentales: la responsabilidad mutua y la solidaridad”.
Netanyahu y el bombardeo al hospital Nasser
La presión interna coincidió con un nuevo frente de críticas externas tras el bombardeo al hospital Nasser de Gaza, que dejó cinco periodistas muertos. La indignación internacional forzó al ejército israelí a anunciar una investigación, mientras desde la oficina del primer ministro se difundió un mensaje cuidadosamente calculado.
Benjamin Netanyahu calificó lo sucedido como un “accidente trágico” y dijo lamentar profundamente lo ocurrido. Sin embargo, su declaración se traduce más como un gesto político de contención ante la presión internacional. La comunicación buscó minimizar las responsabilidades y enfriar las críticas, en un contexto en el que la imagen de Israel se deteriora aceleradamente en la escena mundial.
De acuerdo con los protocolos militares, un ataque contra un hospital requiere la autorización de un coronel o un oficial de mayor rango. Las informaciones iniciales señalan que la orden provino de mandos de menor jerarquía, lo que revela el descontrol y la improvisación con la que se toman decisiones militares en medio del conflicto. Este tipo de episodios no solo profundizan la tragedia humanitaria en Gaza, sino que también debilitan la posición política de Netanyahu, que enfrenta una creciente presión tanto dentro como fuera de Israel.
26/08/2025