Marruecos está a punto de dar un salto decisivo en el ámbito de las telecomunicaciones. Tras varios años de preparativos, en julio de 2025 la Agencia Nacional de Regulación de las Telecomunicaciones (ANRT) lanzó oficialmente la licitación para la adjudicación de las licencias de quinta generación (5G), lo que abre la puerta a la comercialización de una tecnología considerada clave para la transformación digital del país.
El plan de despliegue se concibe por fases: ocho ciudades y sus aeropuertos contarán con cobertura antes de noviembre de 2025; el 25 % de la población estará conectado al cierre de 2026 y el 70 % en el horizonte de 2030. Se trata de un calendario ambicioso que exige fuertes inversiones por parte de los operadores.
Según un estudio de BMCE Capital Global Research, el coste total de las licencias asciende a unos 2.100 millones de dirhams. Maroc Telecom obtuvo la mayor porción inicial del espectro (120 MHz) con un pago de 900 millones, mientras que Inwi y Orange se repartieron 70 MHz cada uno por 600 millones. No obstante, la ventaja del operador histórico será temporal, ya que en el marco de la liberalización progresiva de frecuencias los tres actores dispondrán, a medio plazo, de un ancho de banda equivalente.
Más allá de la conectividad móvil, la 5G promete generar un efecto multiplicador en sectores estratégicos como el B2B, las ciudades inteligentes, el cloud computing y la competitividad tecnológica, especialmente con miras a la organización del Mundial 2030. El gran reto se centra en la financiación: se calcula que los tres operadores deberán destinar 80.000 millones de dirhams en infraestructura, de los cuales más de 30.000 millones corresponden a Maroc Telecom en un plazo de cinco años.
En paralelo, se han puesto en marcha estrategias de cooperación. En junio de 2025, Maroc Telecom anunció junto a Wana Corporate la creación de dos sociedades conjuntas —UNI FIBER y UNI TOWER— con un capital inicial de 750 y 350 millones de dirhams, respectivamente. La iniciativa, avalada por la ANRT, busca acelerar la expansión de la fibra óptica y la 5G con un primer desembolso de 4.400 millones de dirhams, pieza clave para responder a las necesidades de infraestructura que exige el Mundial 2030.
Este acercamiento entre Maroc Telecom e Inwi refleja una tendencia hacia la optimización de recursos y la búsqueda de economías de escala. Aun con los riesgos inherentes —como la pérdida parcial de control sobre ciertos activos y el aumento de la competencia derivada de la apertura regulatoria—, el modelo de colaboración podría convertirse en un ejemplo de eficiencia en la gestión de capital y de adaptación a un mercado en transformación.
En definitiva, el despliegue de la 5G en Marruecos se perfila no solo como un motor de modernización tecnológica, sino también como un campo de prueba para la capacidad de los operadores de combinar innovación con sostenibilidad financiera. El desafío es considerable, pero la oportunidad de situar al país en la vanguardia digital de la región convierte esta apuesta en un paso estratégico de gran valor.
24/08/2025









