El periodista francés Jacques Cognerais publicó recientemente un artículo donde refuta las informaciones difundidas por algunos medios españoles sobre la situación política en Marruecos. Según el comunicador, algunas publicaciones de El Español y El Independiente han descrito un supuesto enfrentamiento entre los servicios de inteligencia marroquíes y una pugna por la sucesión al trono del Rey Mohammed VI. Ante esto, Cognerais sostiene que tales planteamientos no cuentan con respaldo fáctico y responden más a relatos elaborados que a la realidad institucional del país.
El reportaje del medio francés OMERTA, indica que no existe una rivalidad entre Abdellatif Hammouchi, responsable de la Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN) y la Dirección General de la Vigilancia del Territorio (DGST), y Yassine Mansouri, a cargo de la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED). Por el contrario, destaca que estos organismos cumplen funciones diferentes en el Reino, uno dentro del territorio nacional y otro en el ámbito exterior, y trabajan de manera complementaria en áreas como la lucha contra el terrorismo y la delincuencia transnacional. Cognerais cita, además, un encuentro de ambos responsables a inicios de agosto durante un seminario de reflexión estratégica, como ejemplo de coordinación entre instituciones.
Sobre el tema de la sucesión al trono, el periodista francés enfatiza que la Constitución marroquí establece con claridad el carácter hereditario de la monarquía y la designación automática del príncipe heredero. De tal manera que Moulay El Hassan, hijo mayor de Mohammed VI, es el sucesor legítimo y que no existe margen para disputas internas como las insinuadas en algunos artículos publicados en España.
El periodista francés, también puntualiza que Mehdi Hijaouy, exfuncionario de la DGED y presentado en medios españoles como un protagonista de una supuesta pugna interna, dejó ese organismo en 2010. Tiempo antes de que surgieran los escándalos vinculados a Pegasus, y que sus actuales problemas judiciales se relacionan con acusaciones de fraude y ayuda a la inmigración ilegal, sin conexión con una lucha entre servicios de inteligencia. Asimismo, menciona el rol de Claude Moniquet, exagente de la DGSE, en la difusión de este relato.
De esta manera, Cognerais concluye que los artículos difundidos en medios españoles parecieran estar lejos de la realidad política de Marruecos. Pues, a su juicio, se trata de un intento de proyectar una imagen de inestabilidad con la mezcla de hechos inconexos y personajes secundarios, que no corresponde con la estructura constitucional ni con el funcionamiento actual de las instituciones marroquíes.
23/08/2025









