Una corriente ultraderechista se extiende por Europa, impulsada por el malestar de muchos jóvenes que encuentran en los discursos radicales una respuesta a sus inquietudes. No es un fenómeno exclusivo de España: la extrema derecha conquista cada vez más seguidores en países como Francia, Alemania o Austria, especialmente entre menores de 35 años.
Los partidos de extrema derecha logran conectar con los jóvenes mediante mensajes simples y directos centrados en el rechazo al extranjero, consiguiendo que uno de cada cuatro votantes de entre 18 y 35 años en España y Austria les apoye; en Francia, el porcentaje ya alcanza el 32%. En Alemania, el partido Alternativa para Alemania (AfD) atrae a un tercio de este grupo de edad.
Una tendencia reveladora se da en la brecha de género: mientras que un cuarto de los hombres jóvenes alemanes respaldan a la extrema derecha, el 35% de las mujeres de esa misma franja etaria opta por la izquierda radical. Este patrón demuestra cómo el fenómeno polariza en función del género, acercando a los chicos a posiciones conservadoras y a las chicas a la izquierda.
Las redes sociales son clave en este crecimiento: partidos de ultraderecha generan cerca de 3.000 publicaciones diarias, una actividad que dobla la de formaciones socialistas o conservadoras tradicionales, según un estudio reciente.
Queda la incógnita de si esta tendencia será temporal o se consolidará a largo plazo. Los expertos de diferentes partes no coinciden en este hecho, pues mientras algunos piensan podría mantenerse en el tiempo, otros apuntan a que se comporta como una serie de “olas” que aparecen y desaparecen. En cualquier caso, los analistas coinciden en que la juventud muestra un giro hacia opciones políticas más conservadoras, con distintos grados de radicalidad según sus experiencias y contexto social.
04/08/2025









