El fenómeno de los currículums falsos se ha convertido en un serio problema que trasciende al mundo laboral y llega con fuerza a la política. Casos como el de Noelia Núñez, exdiputada del PP que dimitió tras admitir que infló su expediente académico, ponen en evidencia este fenómeno.
La dimisión de Núñez se suma a un goteo de políticos de distintas formaciones que han falseado sus méritos académicos, con ejemplos recientes en partidos como el PSOE, Vox o el propio PP. La joven política madrileña aseguraba en documentos oficiales tener varios títulos universitarios que nunca completó, incluyendo Derecho y Filología Inglesa.
Pero el problema no es exclusivo de la política. Cada vez más candidatos inflan o inventan logros; una práctica que daña su carrera a medio plazo. Existen varias herramientas para detectar fraudes, desde preguntas estratégicas hasta análisis de expresión corporal en la entrevista. Con la llegada de la inteligencia artificial, falsear documentos puede parecer sencillo, pero las certificaciones oficiales siguen siendo la mejor barrera contra los impostores.
Mentir en el currículum puede tener un efecto retardado: aunque la falsedad pase desapercibida durante años, las consecuencias pueden estallar de forma inesperada, arruinando carreras políticas o profesionales. El caso de Noelia Núñez lo ilustra a la perfección. La joven dirigente popular no solo ha visto truncada su trayectoria política, sino que su partido se ha visto obligado a reaccionar rápidamente para mitigar el daño en plena batalla política con el PSOE por otros escándalos de corrupción.
En una sociedad cada vez más polarizada, la autenticidad se convierte en el valor diferencial que puede salvar una carrera o hundirla para siempre. La honestidad, más que nunca, es la mejor estrategia.
02/08/2025
