El proteccionismo de Donald Trump ha reconfigurado el tablero del comercio internacional. A pocos días de la fecha límite del 7 de agosto de 2025, fecha en la que entrarían en vigor nuevos aranceles, un análisis del panorama revela una mezcla de acuerdos apresurados, tensiones geopolíticas y un claro objetivo: reforzar la posición de Estados Unidos, cueste lo que cueste.
Mientras las arcas estadounidenses se llenan – las recaudaciones aduaneras se triplicaron en junio con respecto al año anterior, alcanzando los 27 mil millones de dólares – la estrategia de Trump divide al mundo en dos bloques: aquellos que han cedido a sus presiones, a menudo a cambio de concesiones significativas, y aquellos que resisten, arriesgándose a una escalada en la guerra comercial.
Los que pactaron con Trump:
Unión Europea (15%): Un acuerdo de último minuto, recibido con reacciones encontradas en el bloque europeo. Si bien se lograron exenciones para sectores clave como la aeronáutica y los semiconductores, el compromiso de compra de energía estadounidense y la inversión en la economía norteamericana generan dudas sobre el balance real del acuerdo. La sensación de muchos líderes europeos es que se podría haber conseguido un mejor trato.
Japón (15%): Logró reducir los aranceles previstos, protegiendo parcialmente su vital industria automotriz, a cambio de la promesa de una inversión multimillonaria en Estados Unidos. Trump, por supuesto, lo calificó como «potencialmente el mayor acuerdo jamás hecho».
Corea del Sur (15%): Similar al caso japonés, Seúl obtuvo exenciones para sus productos electrónicos a cambio de incrementar la compra de gas natural estadounidense e impulsar inversiones en suelo americano. El sector portuario también jugó un papel importante en las negociaciones.
Reino Unido (10%): El aliado histórico de Estados Unidos fue el primero en alcanzar un acuerdo marco, aunque las negociaciones continúan para definir los detalles. La reducción de aranceles sobre el acero y el aluminio británico, así como la eliminación de la tasa británica sobre los servicios digitales estadounidenses, son puntos clave en la agenda.
China (30%): Un caso complejo. Tras una breve pero intensa guerra comercial, ambos gigantes pactaron una tregua. Sin embargo, las negociaciones continúan y el resultado final es incierto. La importancia de China como principal socio comercial de Estados Unidos hace que este sea el tablero más delicado para Trump.
Vietnam (20%): Un acuerdo envuelto en la incertidumbre. Anunciado por Trump en redes sociales, no ha sido confirmado oficialmente por ninguna de las partes.
Los que se resisten:
Canadá (35%) y México (30%): La relación con sus vecinos del norte y del sur es tensa. Mientras que México logró una prórroga de tres meses para las negociaciones, la situación con Canadá parece estancada. La retórica agresiva de Trump y las diferencias políticas dificultan el diálogo.
Brasil (10%) e India (25%): Trump ha criticado duramente a ambos países, miembros del bloque BRICS. Mientras que la situación con Brasil ha dado un giro inesperado con una reducción significativa de los aranceles previstos, India enfrenta presiones adicionales por su relación con Rusia.
La estrategia de Trump, basada en la presión y la amenaza, ha generado resultados dispares. Si bien ha logrado arrancar concesiones a importantes socios comerciales, también ha exacerbado tensiones y generado incertidumbre en el escenario global. El tiempo dirá si esta política proteccionista fortalece realmente la economía estadounidense o si, por el contrario, siembra las semillas de futuras crisis comerciales.
01/08/2025









