Mientras Marruecos se prepara para celebrar el 26º aniversario del ascenso al trono del Rey Mohammed VI, el país se encuentra inmerso en una dinámica de desarrollo sin precedentes, marcada por una ambiciosa visión que sitúa el bienestar del ciudadano en el centro de su estrategia. Este cuarto de siglo ha sido testigo de una profunda metamorfosis, impulsada por proyectos estructurales que no solo generan valor añadido, sino que también encarnan la aspiración de un reino que mira hacia el futuro con determinación.
La política de «grandes obras» iniciada por el monarca ha redefinido el panorama económico y social de Marruecos, consolidando su posición como un actor clave en la región y en el escenario internacional. El objetivo es claro: transformar el reino en la «Singapur de África», atrayendo inversiones en sectores de alto valor añadido como la industria aeronáutica, automotriz, el hidrógeno verde, las baterías y las tecnologías digitales. Un reciente informe del Departamento de Estado de EE. UU. subraya el potencial de Marruecos para convertirse en un centro comercial e industrial regional, gracias a su ubicación estratégica entre Europa, el África subsahariana y Oriente Medio, su estabilidad política y el desarrollo de infraestructuras de clase mundial.
Infraestructuras: Pilares de la conectividad y el crecimiento
La visión real se ha materializado en una serie de infraestructuras emblemáticas que conectan el país y lo abren al mundo:
• Puerto Tanger Med: Inaugurado en 2007, este megaproyecto es hoy un hub logístico y comercial global, uno de los más grandes de África y el Mediterráneo, con una capacidad de 9 millones de contenedores anuales. Ha sido fundamental para la integración de Marruecos en las cadenas de valor globales, especialmente en la industria automotriz.
• Puerto Dakhla Atlantique: Con un avance del 25-30% y una inversión de 12.060 millones de dirhams, este puerto estratégico, cuya explotación se prevé para 2028, se perfila como la puerta de Marruecos hacia África y Europa, impulsando la fachada atlántica como un eje de integración económica y proyección continental e internacional.
• Autopista Tiznit-Dajla: Con una inversión de casi 900 millones de euros y un 98% de avance, esta autovía es un eslabón vital para el desarrollo del Sáhara y un puente hacia Mauritania a través del puesto fronterizo de Guerguerat. Consolida la posición de Marruecos como punto de tránsito comercial entre Europa y África Occidental.
• Tren de Alta Velocidad (Al Boraq): Tras la exitosa puesta en marcha del primer tramo Tánger-Casablanca en 2019, Marruecos avanza en la extensión de la línea de alta velocidad. El proyecto de conexión Casablanca-Marrakech-Agadir, con velocidades de hasta 320 km/h, es una prioridad, especialmente de cara a la organización del Mundial de 2030. Esta red de 1.500 km, que incluirá el eje «Atlántico» (Tánger-Casablanca-Agadir) y el eje «Magrebí» (Rabat-Fez-Uchda), busca reducir distancias y fortalecer la integración regional.
• Torre Mohammed VI en Salé: Con 250 metros de altura y 55 pisos, esta torre, la más alta de África, se alza majestuosa sobre el río Bouregreg. Incorpora espacios comerciales, turísticos y de ocio, y ha sido reconocida con el premio a la mejor ejecución en un proyecto de ingeniería en los premios «Caminos» de Madrid.
• Gran estadio de Casablanca: En preparación para la Copa del Mundo de 2030, Marruecos está construyendo el Estadio Hassan II, el más grande de África y del mundo, con una capacidad de 115.000 espectadores. Ubicado en Mansouria, a 40 km de Casablanca, este proyecto de 5.000 millones de dirhams incluirá instalaciones deportivas, hoteles y un centro de conferencias.
• Gran hospital Ibn Sina en Rabat: Con una inversión significativa, este hospital de última generación, con una capacidad de 1.044 camas, es parte de una estrategia para modernizar la infraestructura sanitaria y apoyar la generalización de la protección social.
Energía, agua y medio ambiente: Hacia la sostenibilidad
La visión real también se extiende a la seguridad hídrica y la transición energética:
• Plantas desalinizadoras: La planta de Casablanca, la más grande de África, producirá 300 millones de metros cúbicos de agua anuales para 7,5 millones de habitantes. Con una inversión de 143.000 millones de dirhams y alimentada al 100% por energías renovables, utilizará tecnología de ósmosis inversa. Otras plantas en Agadir, Safi y Nador refuerzan la resiliencia hídrica frente a la sequía.
• Energías renovables e hidrógeno verde: Marruecos se posiciona como líder regional en energías limpias. Proyectos como la central solar Noor Ouarzazate (con fases Noor 1, 2, 3 y 4) y los parques eólicos (como el de Tarfaya, uno de los más grandes de África con 300 MW) son ejemplos de esta apuesta. El país ha asignado un millón de hectáreas para proyectos de hidrógeno verde, con 300.000 hectáreas disponibles para inversores en la primera fase, con el objetivo de convertirse en un productor y exportador clave para 2030, con un 52% de su energía proveniente de fuentes renovables.
Desarrollo social e industrial: Inclusión y competitividad
El reinado de Mohammed VI también ha priorizado el desarrollo humano y la diversificación económica:
• Generalización de la protección social: Lanzado en 2021 y acelerado entre 2023 y 2025, este proyecto real es una revolución social que busca reducir las disparidades. Incluye la cobertura sanitaria obligatoria, las prestaciones familiares y las pensiones para los trabajadores no estructurados, beneficiando a millones de marroquíes.
• Plan de reconstrucción del terremoto de Al Hauz: Tras el devastador sismo de septiembre de 2023, el Rey lanzó un ambicioso programa de reconstrucción de más de 120.000 millones de dirhams. En 2024 y 2025, se han iniciado las obras en más de 3.000 aldeas, reconstruyendo viviendas, infraestructuras (escuelas, hospitales, carreteras) y apoyando directamente a las familias afectadas, revitalizando la actividad económica en las zonas montañosas.
• Educación y formación profesional: Se han implementado programas para modernizar los planes de estudio, integrar la digitalización y abrir nuevos centros de formación en sectores estratégicos (energía, mecatrónica, logística), vinculando la educación con las necesidades del mercado laboral.
• Casablanca Finance City (CFC): Este centro financiero ha consolidado su posición como el primero de África por octavo año consecutivo, atrayendo a 215 empresas que operan en 115 países, incluyendo 50 naciones africanas. Se ha convertido en un socio de los principales centros financieros internacionales.
• Ciudad industrial Mohammed VI Tanger Tech: Desarrollada en colaboración con China, esta ciudad industrial de 2.167 hectáreas y una inversión de 1.500 millones de euros, busca dinamizar la economía y fortalecer la posición de Marruecos en el espacio euromediterráneo, con una fase inicial de aceleración industrial y una zona de apoyo urbano.
• Plan de aceleración industrial: Lanzado en 2014, este plan busca fortalecer la resiliencia económica de Marruecos y consolidar su posición como polo industrial en diversas áreas, como la fabricación de automóviles, aeronaves, productos farmacéuticos y bienes esenciales, con el objetivo de lograr la autosuficiencia.
Un futuro de confianza y liderazgo regional
El 30 de julio, la Fiesta del Trono, es una ocasión para reflexionar sobre los logros de un reinado que ha equilibrado el crecimiento económico con la justicia social y la estabilidad política. Los últimos años, especialmente después de la pandemia y el terremoto de Al Hauz, han demostrado la capacidad del reino para enfrentar las crisis con reformas tangibles bajo el liderazgo real.
Marruecos, bajo la guía de Mohammed VI, continúa su imparable marcha hacia el futuro, consolidando su estatus como un modelo de desarrollo integral y sostenible en África y un actor de peso en el concierto internacional. Las grandes obras y proyectos en curso, desde Tánger en el norte hasta Guerguerat en el Sáhara, son testimonio de una visión a largo plazo que busca transformar el país y asegurar un futuro próspero para sus ciudadanos.
29/07/2025









