El anuncio del presidente francés, Emmanuel Macron, de reconocer al Estado de Palestina en septiembre ante la ONU ha generado una onda expansiva en la comunidad internacional. Si bien la decisión busca impulsar una dinámica colectiva hacia la solución de dos Estados, ha sido recibida con reacciones dispares, desde el rechazo categórico de Israel y Estados Unidos hasta el apoyo de países como Arabia Saudita y España. Dentro de Francia, las opiniones también están divididas, con algunos sectores de la izquierda mostrando un cauto optimismo y la derecha criticando la medida como inútil o incluso contraproducente.
Francia se convertiría así en el 142º país en reconocer al Estado palestino y el primero del Consejo de Seguridad de la ONU y del G7 en hacerlo. Macron justifica la decisión como una muestra del «compromiso histórico» de Francia con una paz justa y duradera en Oriente Próximo.
Sin embargo, Estados Unidos, principal aliado de Israel, ha condenado la iniciativa francesa calificándola de «imprudente» y acusándola de favorecer la propaganda de Hamás y alejar las posibilidades de paz. El senador republicano Marco Rubio la ha tildado de «bofetada» a las víctimas del 7 de octubre. La postura estadounidense ha sido históricamente contraria al reconocimiento unilateral de un Estado palestino, abogando por una solución negociada entre las partes.
En contraste, Arabia Saudita ha celebrado la decisión de Francia como «histórica» y ha instado a otros países a seguir el ejemplo. El reino saudí, que copresidirá con Francia una conferencia internacional para relanzar la solución de dos Estados, considera que la medida reafirma el consenso internacional sobre el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación y a un Estado independiente dentro de las fronteras de 1967. España, que reconoció al Estado de Palestina en 2024, también ha expresado su apoyo a la iniciativa francesa. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha calificado la decisión de Macron como un paso necesario para proteger la solución de dos Estados, que según él, Netanyahu intenta destruir.
Dentro de Francia, la izquierda, tradicionalmente favorable al reconocimiento de Palestina, se muestra cautelosa. Mientras algunos reconocen la medida como un paso en la dirección correcta, otros, como el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, la califican de «victoria moral», pero insisten en la necesidad de un alto el fuego inmediato y un compromiso claro contra los crímenes de guerra. La derecha, por su parte, critica la decisión. El partido Los Republicanos la considera «inútil» y «contraproducente», argumentando que podría poner en peligro tanto a civiles israelíes como palestinos. La extrema derecha, representada por el Reagrupamiento Nacional, la condena enérgicamente, acusando a Macron de actuar por motivos políticos y de legitimar a Hamás.
En Israel, la reacción ha sido de furia, acusando a Francia de «recompensar el terrorismo». Sin embargo, algunos analistas, como Hasni Abidi, director del Centro de Estudios e Investigación sobre el Mundo Árabe y Mediterráneo (CERMAM) en Ginebra, consideran que la decisión de Francia, aunque tardía, es «lógica» para un país que aboga por la solución de dos Estados. Por otro lado, Frédéric Encel, experto en Oriente Próximo, duda de que la medida suponga un alivio real para los palestinos, quienes, según él, siguen viendo a Francia como aliada de Israel. Además, considera que el actual gobierno israelí de extrema derecha no dará importancia a la decisión francesa. La Autoridad Palestina, por su parte, ha acogido con satisfacción el anuncio de Macron.
El reconocimiento de Palestina por parte de Francia abre un nuevo capítulo en el complejo escenario del conflicto palestino-israelí. Si bien la medida es simbólicamente importante, su impacto real sobre el terreno está por verse. La comunidad internacional espera que la iniciativa francesa impulse el diálogo y contribuya a una solución justa y duradera al conflicto.
25/07/2025









