El panorama digital marroquí se encuentra bajo asedio. Un reciente informe de Hackmanac, firma dubaití especializada en el monitoreo de ciberamenazas globales, revela una preocupante realidad: Marruecos se posicionó como el segundo país más atacado a nivel mundial entre el 16 y el 22 de julio de 2025, registrando 29 ciberataques. Esta cifra, alarmante en sí misma, plantea interrogantes sobre la vulnerabilidad del reino alauita en el ciberespacio y las posibles motivaciones detrás de esta oleada de agresiones digitales.
Si bien el informe no detalla la naturaleza específica de estos ataques, la posición de Marruecos como un actor clave en el norte de África, con una economía en crecimiento y una creciente digitalización, lo convierte en un objetivo atractivo para ciberdelincuentes. Desde ataques de ransomware, buscando el lucro a través del secuestro de información, hasta acciones de espionaje industrial o incluso ciberataques con motivaciones políticas, las posibilidades son múltiples y requieren un análisis profundo.
El informe de Hackmanac también señala la actividad del grupo de hackers argelino «Keymous +», identificándolo como el más activo durante ese período, con 30 ciberataques registrados. Si bien el informe no establece una relación directa entre los ataques a Marruecos y este grupo en particular, la proximidad geográfica y el contexto geopolítico de la región añaden una capa de complejidad al análisis. La atribución de ciberataques es un proceso complejo y delicado, y se requiere cautela antes de establecer conexiones definitivas. Sin embargo, la coincidencia temporal y la intensidad de la actividad de «Keymous +» invitan a una investigación más exhaustiva sobre su posible implicación en los ataques dirigidos a Marruecos.
A nivel global, Estados Unidos lideró la lista de países más atacados con 57 incidentes, reafirmándo su posición como blanco predilecto de los ciberdelincuentes. Israel ocupó el tercer lugar con 18 ataques, seguido por Reino Unido (8) y Alemania (6). Este panorama global subraya la naturaleza transnacional de la ciberdelincuencia y la necesidad de una cooperación internacional más estrecha para combatir esta creciente amenaza. El caso de Marruecos, sin embargo, merece una atención especial, dada su rápida ascensión en esta desafortunada clasificación y las potenciales implicaciones para su estabilidad y desarrollo. Es imperativo que las autoridades marroquíes refuercen sus mecanismos de ciberseguridad y trabajen en conjunto con la comunidad internacional para identificar y neutralizar las fuentes de estos ataques, garantizando así la seguridad del ciberespacio nacional.
23/07/2025









