La Administración Trump desclasificó el lunes más de 230.000 páginas de documentos secretos relacionados con el asesinato de Martin Luther King Jr. en 1968, a pesar de las reservas expresadas por la familia del líder de los derechos civiles. Esta publicación, que sigue a la desclasificación de documentos sobre los asesinatos de John F. Kennedy y Robert F. Kennedy, ha generado un intenso debate público.
Según la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, los documentos incluyen información sobre la investigación del FBI acerca de la persecución internacional del presunto asesino, James Earl Ray, y el testimonio de un compañero de prisión. Gabbard afirmó que la desclasificación garantiza «total transparencia» sobre este «trágico evento».
Sin embargo, los hijos de Martin Luther King Jr. han expresado su preocupación ante la posibilidad de que estos documentos sean utilizados para «atacar su legado» o el de la lucha por los derechos civiles. Recordaron que King fue víctima de una campaña de «desinformación y vigilancia» orquestada por J. Edgar Hoover, entonces director del FBI, con el objetivo de «desacreditarlo» a él y al movimiento.
Además, reiteraron sus dudas sobre la culpabilidad de James Earl Ray, un segreacionista blanco condenado por el asesinato perpetrado en un hotel de Memphis el 4 de abril de 1968. Ray murió en prisión en 1998 sin haber confesado el crimen. La familia King sostiene que existen otros responsables que nunca fueron investigados.
La desclasificación de estos archivos, si bien puede aportar nuevos datos sobre el magnicidio, también corre el riesgo de reabrir viejas heridas y alimentar teorías de la conspiración. La falta de un consenso sobre la versión oficial y las persistentes dudas sobre la culpabilidad de Ray hacen que el asesinato de Martin Luther King Jr. siga siendo una de las grandes incógnitas de la historia estadounidense.
22/07/2025









