La legislatura de Pedro Sánchez se acerca a su ecuador sumida en un creciente aislamiento y una preocupante falta de rendición de cuentas. Los datos hablan por sí solos: 936 días desde los últimos Presupuestos, 800 sin una visita de Estado, 1.095 sin el debate sobre el Estado de la Nación, 377 días sin conceder una entrevista a un medio español y una sola visita al Senado. Este panorama desolador refleja las dificultades del Ejecutivo para gobernar y la presión de sus socios parlamentarios, evidenciada en las recientes reuniones con la Generalitat de Cataluña y el lehendakari vasco.
La incapacidad de Sánchez para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, tanto en 2024 como en 2025, y la ausencia de perspectivas para 2026, contrasta con la relativa estabilidad de la legislatura anterior. Esta parálisis legislativa pone de manifiesto la fragilidad de la coalición gobernante y la dificultad de Sánchez para traducir su investidura en una mayoría parlamentaria sólida.
La ausencia del debate sobre el Estado de la Nación, a pesar de la promesa de Sánchez de celebrarlo anualmente, es otro síntoma de la falta de transparencia y rendición de cuentas. La última vez que se celebró este importante debate fue en julio de 2022, hace 1.095 días. La justificación del Gobierno para no convocarlo en 2024 y 2025 se limita a la falta de voluntad política, un hecho excepcional en democracia.
El aislamiento internacional del Gobierno también se refleja en la ausencia de visitas de Estado en los últimos 800 días. La última visita de un mandatario extranjero, la del presidente colombiano Gustavo Petro, se remonta a mayo de 2023. Este vacío diplomático contrasta con la intensa actividad internacional de gobiernos anteriores.
La bunkerización de Sánchez se extiende también a su relación con los medios de comunicación. La última entrevista concedida a un medio español fue en julio de 2024, hace 377 días. Desde entonces, Sánchez se ha limitado a conceder entrevistas a medios internacionales, evidenciando una estrategia de comunicación que prioriza la difusión controlada y evita el escrutinio de la prensa nacional. Esta actitud contradice las críticas que el propio Sánchez dirigía a Mariano Rajoy por su escasa interacción con los periodistas.
La reciente rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, con un número limitado de preguntas y una selección arbitraria de los periodistas, confirma la tendencia del Gobierno a controlar el flujo de información y evitar las preguntas incómodas. La bunkerización de Sánchez, agudizada por los escándalos que afectan a su entorno, como el caso de Begoña Gómez y el fiscal general, contribuye a la imagen de un gobierno a la defensiva y alejado de la realidad del país. El futuro de la legislatura se presenta incierto, con un Ejecutivo debilitado y una creciente desafección ciudadana.
14/07/2025