En medio de una tormenta política y con una fuerte caída en las encuestas, el PSOE ha optado por intentar reforzar los puentes con sus socios parlamentarios para salvar la legislatura. El mandatario español, Pedro Sánchez, se ha volcado a cumplir una ronda de reuniones bilaterales con formaciones como ERC, PNV y Junts, con el objetivo de recuperar la confianza, demostrar liderazgo y contener la presión interna y externa tras el escándalo de corrupción que sacudió al partido.
Esta nueva estrategia de acercamiento coincide con un momento no favorable para la agrupación socialista, pues según el último barómetro del CIS, ha perdido siete puntos en intención de voto respecto al mes anterior, situándose en el 27%, apenas medio punto por encima del PP. El caso de presunta corrupción que involucra al exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha tenido un efecto inmediato en la percepción pública. La corrupción ha escalado al segundo lugar entre las preocupaciones ciudadanas, solo detrás de la vivienda, con un aumento del 13,6% en menciones. Aun así, Sánchez ha mostrado firmeza al no ceder al desgaste y buscar recomponer alianzas sobre la base de las promesas de investidura.
Las próximas semanas serán clave en esta operación de contención antes de las vacaciones de agosto, por lo que el Gobierno pretende mantener encuentros estratégicos para reactivar compromisos pendientes con sus socios. El lunes se reunirá con ERC para abordar la llamada «financiación singular» de Cataluña, un modelo fiscal prometido en el acuerdo de investidura con los republicanos. Aunque aún hay desacuerdos sobre el control tributario, ambas partes reconocen que están dispuestas a cerrar flecos. Paralelamente, Sánchez tiene previsto avanzar con el PNV en transferencias como la Seguridad Social, salvamento marítimo o inspección de trabajo. Una respuesta directa a las advertencias del partido vasco, que afirmó que su “confianza va camino de la UCI”.
Otro frente abierto es el de Junts, con quien el Ejecutivo mantiene el compromiso de lograr el reconocimiento oficial del catalán en la Unión Europea. El 18 de julio, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, volverá a someter la propuesta a votación en Bruselas, tras una primera tentativa fallida en mayo. Esta medida simbólica y diplomática es vista como un gesto de buena voluntad hacia la formación de Puigdemont, necesaria para sostener la mayoría parlamentaria.
El PSOE apuesta así por mantenerse al frente y «gobernar desde el desgaste”, confiando en que mantener los compromisos con sus socios le otorgue cierta estabilidad mientras intenta recuperarse en el plano electoral. Este plan de ampliar el diálogo sectorial y el cumplimiento selectivo se presenta como una forma de demostrar que, a pesar de las turbulencias, el Gobierno sigue funcionando.
Sánchez insiste en que aún puede completar la legislatura y su principal activo para ello es el pragmatismo, mientras la oposición exige su salida, él responde con gestión, buscar cumplir pactos prometidos y hacer un control de daños. Pero si fracasa, el cuestionamiento podría ir más allá del partido PSOE y afectar el modelo de gobernabilidad.
11/07/2025









