En una nueva escalada de su guerra comercial, el presidente Donald Trump anunció la imposición de un arancel del 50% a las importaciones de cobre a partir del 1 de agosto, argumentando razones de «seguridad nacional». Esta decisión, anunciada a través de sus redes sociales, se produce tras una evaluación del Departamento de Comercio y afecta a una veintena de países que ya han sido notificados.
Trump justificó la medida alegando que el cobre es «el segundo material más utilizado por el Departamento de Defensa», esencial para la fabricación de semiconductores, aviones, barcos, municiones y sistemas de defensa antimisiles, entre otros.
Esta nueva ofensiva arancelaria rompe con las exenciones que el propio Trump había establecido en abril para algunos productos como el oro, el cobre, el petróleo y los medicamentos, cuando impuso un arancel base del 10% a las importaciones. El martes, el presidente ya había adelantado la posibilidad de aplicar un arancel del 200% a los productos farmacéuticos y del 50% al cobre, una amenaza que disparó el precio del metal en casi un 10% en Nueva York, alcanzando máximos históricos.
La imposición de estos aranceles previsiblemente incrementará el precio de los bienes fabricados con cobre, como electrodomésticos y automóviles, replicando el efecto observado en otros productos afectados por las medidas proteccionistas de Trump.
La lista de países afectados y los porcentajes de aranceles varían. Argelia, Libia, Irak y Sri Lanka se enfrentan a aranceles del 30%; Moldavia y Brunei, del 25%; y Filipinas, del 20%. Esta nueva oleada de aranceles se suma a la anunciada el lunes para catorce países, principalmente asiáticos, con porcentajes que oscilan entre el 25% (Japón, Corea del Sur y Túnez) y el 40% (Laos y Birmania), pasando por el 36% (Camboya y Tailandia). La decisión de Trump amenaza con intensificar las tensiones comerciales globales y generar un nuevo frente de incertidumbre en la economía mundial.
10/07/2025









