Durante tres días en Washington, el presidente Donald Trump recibió a los líderes de cinco países africanos, Gabon, Guinea-Bissau, Liberia, Mauritania y Senegal, en una cumbre que, aunque presentada como un gesto diplomático, dejó entrever prioridades económicas concretas. La narrativa oficial giró en torno a la política de “comercio, no ayuda”, con énfasis en posibles acuerdos de inversión, rebajas arancelarias y cooperación en materia de seguridad. Sin embargo, los intereses estratégicos de EE.UU. fueron evidentes: acceso a minerales críticos, contención migratoria y presencia militar en zonas clave.
Aunque los países invitados no representan las economías más potentes del continente, sí poseen riquezas naturales de gran valor para la industria tecnológica y energética global. Gabón, por ejemplo, alberga una cuarta parte de las reservas mundiales conocidas de manganeso, esencial para baterías y acero inoxidable. Su presidente, Brice Clotaire Oligui Nguema, instó directamente a Trump a invertir en el país para no dejar el terreno libre a potencias rivales como China o Rusia. Mauritania y Senegal también presentaron sus reservas de gas, madera y minerales como una oportunidad para reforzar la cooperación económica, especialmente en un contexto de creciente competencia internacional.
Además de los intereses extractivos, la cumbre sirvió para discutir temas migratorios. Senegal y Mauritania, principales puntos de partida hacia rutas migratorias hacia Estados Unidos, vía Centroamérica, estarían negociando acuerdos de control migratorio a cambio de beneficios comerciales. Según cifras citadas por el West African Research Center, al menos 20.000 mauritanos han intentado migrar hacia EE.UU. entre 2023 y 2025. En este contexto, la Casa Blanca estaría interesada en obtener garantías de colaboración en política migratoria para reducir flujos irregulares y facilitar deportaciones, como en el caso de Liberia.
Por otro lado, la localización geográfica también entra en juego. Un artículo publicado en la BBC advierte que EE.UU. podría estar explorando la posibilidad de instalar una base militar en Gabón, cuya extensa costa sobre el golfo de Guinea lo convierte en una ubicación estratégica para contener amenazas como la piratería o el tráfico marítimo ilegal. Esto se alinea con el nuevo enfoque estadounidense que busca consolidar una red de seguridad marítima frente al avance de actores no estatales y la influencia creciente de China en infraestructuras portuarias africanas.
En ese sentido, la cumbre proyecta una nueva fase en la política exterior estadounidense hacia África, basada en intereses transaccionales más que en ayuda estructural. A diferencia de las administraciones demócratas que promovían programas como AGOA, que otorgaban beneficios arancelarios a cambio de reformas democráticas y sociales, el enfoque republicano actual apuesta por acuerdos bilaterales centrados en materias primas, inversiones y seguridad. Como declaró el exembajador senegalés Babacar Diagne, “con Trump, es ganar o ganar. Si firmas el acuerdo, tienes su apoyo. Si no, olvídate de todo”.
10/07/2025
María Angélica Carvajal









