El enfrentamiento entre el presidente Donald Trump y el empresario Elon Musk ha entrado en una nueva fase de tensión, marcada por un cruce de declaraciones que trasciende lo personal y refleja una profunda disputa sobre el futuro modelo económico de Estados Unidos. El origen del nuevo choque reside en la dura crítica que Musk lanzó el martes en su red social X contra el proyecto de ley fiscal impulsado por Trump, al que acusó de provocar “el mayor aumento de deuda de la historia” y de poner en riesgo la reelección de senadores republicanos que lo respalden.
La respuesta del presidente no se hizo esperar. A través de su plataforma Truth Social, Trump arremetió contra el fundador de Tesla y SpaceX, acusándole de oponerse a la reforma fiscal porque esta contempla la eliminación progresiva de las subvenciones a los vehículos eléctricos y las energías renovables —dos pilares fundamentales del imperio empresarial de Musk—. “Probablemente, Elon haya recibido más subvenciones que ningún otro ser humano en la historia. Sin ellas, tendría que cerrar sus empresas y volver a Sudáfrica”, lanzó Trump en tono desafiante.
La crítica no se limitó a Tesla. Trump recordó que SpaceX también se beneficia de cuantiosos contratos públicos y que, sin el respaldo del Estado, “no habría lanzamientos de cohetes, ni satélites, ni coches eléctricos”, lo que a su juicio permitiría al país “ahorrar una fortuna”.
Estas declaraciones reflejan no solo el deterioro personal de la relación entre ambos, sino también una pugna más amplia por el control del relato económico dentro del Partido Republicano. Musk, quien hasta hace poco formaba parte del círculo asesor de Trump, había calificado el nuevo proyecto fiscal como una “abominación repugnante” cargada de gastos innecesarios. En un tono más provocador, incluso insinuó sin pruebas que Trump tendría vínculos más profundos con Jeffrey Epstein de lo que se conoce públicamente.
Aunque posteriormente Musk intentó bajar el tono y admitió que se había excedido en sus comentarios, Trump restó importancia al conflicto en una entrevista concedida al New York Post: “Estas cosas pasan. No le guardo rencor”.
En paralelo, el Senado estadounidense continúa sumido en intensas sesiones nocturnas para intentar sacar adelante la controvertida propuesta fiscal, mientras arrecian las críticas tanto desde sectores progresistas como conservadores, que temen un impacto negativo en el equilibrio presupuestario y la competitividad económica.
La confrontación entre Trump y Musk deja al descubierto una fractura cada vez más visible entre quienes defienden la intervención estatal para impulsar la innovación tecnológica y quienes abogan por reducir el gasto público, incluso a costa de sectores considerados estratégicos para el futuro industrial del país.
01/07/2025









