En Marruecos, las pequeñas y medianas empresas (Pymes) sostienen la columna vertebral de la economía nacional: representan el 95 % del tejido empresarial, generan más del 70 % del empleo formal y aportan el 40 % al Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, muchas de ellas siguen enfrentando enormes dificultades para proyectarse más allá de las fronteras del país. ¿Qué está fallando en su internacionalización? ¿Por qué, muchas se quedan estancadas en los mercados locales o regionales?
Estas preguntas encuentran respuestas en el informe Panorama de las PYMES en Marruecos en 2025, elaborado por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y publicado en el marco del programa Comercio y Competitividad, en colaboración con la Unión Europea. Basado en encuestas a 150 directivos de pymes marroquíes de sectores clave como el textil, la automoción o el agroalimentario, el informe retrata las barreras más frecuentes, revela que los frenos no son coyunturales, sino estructurales, y requieren intervenciones estratégicas a largo plazo.
Entre los principales obstáculos destaca una doble presión que limita el crecimiento internacional de las pymes: por un lado, la saturación de los mercados y, por otro, una competencia exterior cada vez más agresiva. Tres de cada cinco directivos identifican estos factores como las principales amenazas a su viabilidad exportadora. La creciente dificultad para diferenciar productos, captar nuevos clientes y posicionarse en cadenas globales golpea incluso a empresas maduras, pues de la muestra, el 86 % de las encuestadas tienen más de cinco años de existencia.
A esto se suma un cuello de botella estructural: el acceso al financiamiento. El 47% de las pymes considera que las barreras financieras bloquean su expansión. Las razones son múltiples, desde dificultades para obtener créditos, falta de capital inicial para invertir en adecuación a normas de exportación o modernización de procesos, e incluso escasa preparación para acceder a fondos verdes o digitales. El resultado: aunque el 73% ha exportado en algún momento, solo el 33 % lo hace de manera continua y sistemática.
A esta realidad hay que agregarle una carga logística elevada, asociada a costes de transporte, trabas aduaneras y requisitos técnicos de cumplimiento que muchas veces superan las capacidades administrativas de las pymes. En la encuesta, el 50 % de los empresarios señala que no logra establecer redes comerciales sostenibles en el extranjero, lo cual revela un déficit de acompañamiento estratégico y acceso a información fiable sobre mercados externos.
Ante este panorama, el programa Comercio y Competitividad impulsa una respuesta conjunta de la BEI y la Unión Europea, combinando formación técnica especializada, abarcando temas como reglas de origen, descarbonización, estándares de exportación; con soluciones financieras a través de la banca local, como líneas de crédito dedicadas, garantías de riesgo parcial y asistencia técnica para los intermediarios financieros.
De esta manera, el verdadero reto no está en que las pymes existan, sino en que puedan competir a escala internacional en condiciones de equidad y sostenibilidad. Marruecos cuenta con un ecosistema emprendedor dinámico, pero su impulso exportador da señales de requerir transformaciones en políticas de competitividad, inversión en capacidades y eliminación de barreras logísticas. Este informe, se convierte en un mapa de los desafíos que deberían resolverse en la búsqueda de consolidar al Reino como un hub industrial y comercial para África y Europa.
26/06/2025
María Angélica Carvajal









