En una intervención marcada por la urgencia moral y política, el embajador permanente de Marruecos ante las Naciones Unidas, Omar Hilale, instó este miércoles en Nueva York a asumir una responsabilidad colectiva para proteger a las poblaciones de las atrocidades masivas. La declaración tuvo lugar en su calidad de copresidente del Grupo de Amigos sobre la Responsabilidad de Proteger, durante el debate anual de la Asamblea General de la ONU sobre este principio fundamental del derecho internacional.
Hilale recordó que esta responsabilidad representa un compromiso histórico de los Estados miembros para prevenir el genocidio, los crímenes de guerra, la limpieza étnica y los crímenes de lesa humanidad. En nombre de un grupo compuesto por 54 países y la Unión Europea, el diplomático marroquí destacó los avances significativos en la identificación de factores de riesgo, causas estructurales y dinámicas que desembocan en atrocidades criminales.
El debate de este año adquirió una dimensión especial al coincidir con el vigésimo aniversario de la adopción unánime del principio de la Responsabilidad de Proteger en la Cumbre Mundial de 2005. En este contexto, Hilale subrayó la necesidad de centrar las discusiones en políticas, prácticas e infraestructuras que refuercen las capacidades de prevención y respuesta ante las crisis actuales, al tiempo que se moviliza la voluntad política necesaria para actuar eficazmente.
Asimismo, el embajador señaló que esta responsabilidad no debe concebirse de forma aislada, sino como parte esencial de la misión común de promover la paz, la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo, respetando siempre el derecho internacional humanitario.
Al referirse a la iniciativa UN80, recientemente lanzada para modernizar el sistema multilateral de la ONU de cara a su 80º aniversario, Hilale insistió en que este proceso debe preservar las funciones esenciales de la organización: mantener la paz y la seguridad, fomentar el desarrollo y proteger los derechos humanos. Todos ellos, enfatizó, son pilares indispensables para abordar las causas profundas de los conflictos y las emergencias humanitarias, y para reforzar la capacidad preventiva frente a atrocidades.
Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en la presentación de su 17º informe sobre la Responsabilidad de Proteger, alertó sobre nuevas amenazas como la militarización de tecnologías emergentes y la proliferación de armas avanzadas. Estas tendencias, señaló, exigen una adaptación constante de los mecanismos internacionales para evitar atrocidades y proteger a las poblaciones vulnerables.
Guterres fue enfático al recordar que la Responsabilidad de Proteger no es solo un principio abstracto, sino un imperativo moral profundamente arraigado en nuestra humanidad común y en la Carta de las Naciones Unidas. «Ninguna sociedad está exenta del riesgo de crímenes atroces», advirtió.
Finalmente, el presidente de la Asamblea General de la ONU, Philémon Yang, llamó a una reflexión colectiva sobre los fracasos persistentes en la prevención de atrocidades. A la luz de los actuales conflictos en Gaza, Ucrania, Sudán y Myanmar, lamentó la parálisis del Consejo de Seguridad, la ignorancia ante señales de alarma y el creciente desprecio por el derecho internacional.
Yang instó a los Estados miembros a traducir las declaraciones en acciones concretas, reforzar los mecanismos de prevención y situar la protección de las poblaciones en el centro de sus políticas nacionales y regionales. “La protección no es una aspiración abstracta. Es un mandato que debe guiar nuestra acción, tanto individual como colectivamente”, concluyó.
26/06/2025









