En un movimiento estratégico que redefine el futuro energético de Marruecos, la empresa emergente Uranext, integrada en el ecosistema InnovX de la Universidad Politécnica Mohammed VI (UM6P), ha anunciado el inicio de las obras para la construcción de su primera planta de producción de “kakí amarillo” o yellowcake, un concentrado de uranio esencial para el combustible nuclear. El ambicioso proyecto se ubicará en la ciudad de El Jadida y supondrá una inversión inicial de 100 millones de dólares, posicionándose como un hito en la construcción de una industria nuclear nacional.
Marruecos se sitúa entre los líderes mundiales en la producción de fosfatos, con alrededor de 38 millones de toneladas anuales, lo que cuadruplica el volumen de países como Jordania. Más allá del volumen, el valor estratégico reside en la alta concentración de uranio que contienen los fosfatos marroquíes, que se estima entre 50 y 100 partes por millón, uno de los niveles más elevados del planeta.
El proceso de obtención del yellowcake se produce durante la fabricación de ácido fosfórico, un derivado principal del fosfato. En esta fase, el uranio se extrae como subproducto mediante una técnica que permite recuperar al menos el 80% del contenido de uranio presente, minimizando así su presencia en los residuos industriales como el ácido restante o el fosfogipso.
Con una producción anual de aproximadamente 3 millones de toneladas de ácido fosfórico —triplicando nuevamente a Jordania—, Marruecos se encuentra en una posición ventajosa para capitalizar esta tecnología y extraer cantidades significativas de uranio, fortaleciendo su perfil como actor clave en el escenario energético global.
Hacia una soberanía energética nacional
La iniciativa, cuya fase administrativa comenzó formalmente el 29 de mayo, tiene como objetivo transformar el abundante ácido fosfórico marroquí en U₃O₈, compuesto crucial para el desarrollo del combustible nuclear. Este paso se alinea con una estrategia nacional que busca diversificar la matriz energética del país y reducir la dependencia de combustibles fósiles.
Uranext se proyecta como pionera dentro del proceso de transición energética del Reino, con un papel que va más allá de la innovación tecnológica: se espera que su actividad dinamice la economía local mediante la creación de empleos y la atracción de talento científico e industrial. La colaboración con el grupo OCP, líder global en el sector fosfatado, añade un fuerte componente de sinergia industrial a la viabilidad del proyecto.
Con esta apuesta por el yellowcake, Marruecos consolida su compromiso con las energías limpias y refuerza su ambición de convertirse en un referente regional en tecnologías energéticas de vanguardia. La planta de Uranext podría marcar el inicio de una nueva era para la soberanía energética del país, combinando desarrollo sostenible, innovación y aprovechamiento inteligente de sus recursos naturales.
12/06/2025









