El final de mayo de 2025 ha sorprendido al sur de Europa y al norte de África con temperaturas excepcionalmente altas, marcando un episodio de calor extremo que ha activado alertas sanitarias y meteorológicas en varias regiones. En España, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), se están registrando máximas que superan los 40 °C, niveles más propios de mediados de verano que del cierre de la primavera, en lo que podría ser uno de los mayos más cálidos desde 1950.
Por su parte, en Marruecos, el termómetro también ha escalado por encima de lo esperado, superando con amplitud las medias históricas para esta época del año. Estos picos de temperatura, considerados «inusuales» por los expertos, suponen un riesgo añadido precisamente por su carácter temprano. Según declaraciones de Hicham Acheback, investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), para RTVE, “los primeros episodios de calor extremo suelen tener un mayor impacto sobre la salud”, debido a que la población aún no ha tenido tiempo de adaptarse fisiológica ni conductualmente a las altas temperaturas.
La adaptación al calor es un proceso gradual. Sin embargo, la rapidez e intensidad de este episodio deja a muchos sin margen de preparación. Desde el uso tardío de ventiladores hasta la falta de hábitos adecuados de hidratación o exposición solar, las condiciones se convierten en un caldo de cultivo para complicaciones médicas, especialmente entre los grupos más vulnerables.
Estos grupos incluyen a personas mayores de 65 años, niños pequeños, mujeres embarazadas y pacientes con enfermedades crónicas, en particular respiratorias o cardiovasculares. Pero también son especialmente sensibles quienes viven en situación de precariedad, personas dependientes o con enfermedades neurodegenerativas como el párkinson, así como trabajadores al aire libre y personas que consumen medicamentos como diuréticos o tranquilizantes.
Este fenómeno no es aislado ni exclusivo del sur de Europa. Marruecos, al otro lado del Mediterráneo, experimenta también un aumento anómalo de temperaturas que agrava la presión sobre los sistemas de salud y de protección social. La simultaneidad del fenómeno en ambas orillas del estrecho plantea interrogantes sobre la intensificación de eventos extremos debido al cambio climático y la necesidad de respuestas coordinadas.
Frente a esta realidad, las autoridades sanitarias y meteorológicas de la región euro-mediterránea advierten sobre la urgencia de implementar planes de prevención más ambiciosos, con campañas de concienciación, vigilancia epidemiológica y sistemas de alerta temprana. La adaptación ya no es una opción de futuro, sino una necesidad inmediata ante un clima cada vez más impredecible.
30/05/2025









