La IX edición del Festival de Cine en Español en Rabat bajó el telón con una celebración de la diversidad, la emoción y la fuerza del cine como vehículo de encuentro cultural. El evento concluyó con la proyección de La Estrella Azul, una coproducción hispano-argentina que sirvió como símbolo perfecto del espíritu del festival: tender puentes entre España, América Latina y Marruecos a través de la gran pantalla.
La película, ganadora de dos Premios Goya en 2025, Mejor Dirección Novel y Mejor Actor Revelación, narra la historia real de Mauricio Aznar, un conocido músico de Zaragoza que, en los años 90, viaja a Argentina en busca de sí mismo y de una nueva inspiración para su música. En ese recorrido íntimo y humano, el protagonista, interpretado por Pepe Lorente, encuentra más que acordes: descubre otra forma de vivir la música, desde el silencio, la humildad y el corazón.
Dirigida por Javier Macipe, La Estrella Azul destaca por su mezcla de ficción y documental, por su música en directo y por retratar cómo dos culturas pueden entrelazarse desde lo cotidiano y lo auténtico. “Es una película que implica salir de una visión del mundo para entrar en otra”, ha dicho su director. Y ese fue, también, el viaje que propuso el festival a lo largo de su programación.
Para el consejero cultural y científico de la Embajada de España en Marruecos, José María Davó Cabra, lo esencial de esta cita anual es “compartir un poco de la cultura de cada uno de los países que hablamos esta maravillosa lengua que es el español”. Recordó que el español une hoy a más de 600 millones de personas en el mundo, y el cine, como expresión de esa lengua común, permite explorar nuestras emociones, historias y luchas. “Este año el público marroquí ha podido reír, llorar, ver drama y celebrar la vida… Porque al final, el cine es un reflejo de la vida misma”, subrayó Davó.
En ese mismo sentido, Olvido Salazar, directora de las actividades culturales del Instituto Cervantes, calificó la acogida del festival como “positiva”, destacando la calidad y variedad de las películas presentadas por las distintas embajadas. “Tuvimos de todo: drama, comedia, documental histórico, fútbol…”, apuntó, resaltando que la pluralidad temática contribuye a crear una imagen más rica y humana de América Latina y España ante el público marroquí.
A lo largo de la semana, el festival fue una ventana abierta para que los espectadores en Rabat pudieran descubrir realidades y sensibilidades de países como México, Argentina, Colombia, Perú, Chile o la propia España. Historias diferentes, estéticas variadas, pero todas unidas por un hilo común: la lengua española y su capacidad de emocionar y conectar.
Así se cerró esta novena edición, con el eco de las guitarras y las voces de La Estrella Azul, pero también con un mensaje profundo: Marruecos y América Latina pueden encontrarse, escucharse y reconocerse mutuamente en la sala oscura del cine. Porque el cine, cuando es verdadero, no conoce fronteras.
27/05/2025
María Angélica Carvajal









