Rabat se convierte en epicentro del pensamiento científico al albergar una nueva edición de las Mesas Redondas de la Arbois, foro donde la innovación tecnológica, la sostenibilidad agrícola y la ética del conocimiento se cruzan para responder a los grandes desafíos globales.
En un momento donde la inteligencia artificial avanza más rápido que la legislación que intenta regularla, y donde la seguridad alimentaria se ve amenazada por el cambio climático, la Universidad Politécnica Mohammed VI (UM6P) ha puesto en marcha este lunes una edición clave del encuentro científico Atlántico, África y Mediterráneo, bajo el título “Los avances científicos mayores”.
Lejos de limitarse a conferencias formales, el evento reunió a figuras del mundo académico, expertos en gobernanza ambiental, representantes industriales y científicos comprometidos con una pregunta urgente: ¿cómo transformar el conocimiento en acción concreta frente a la crisis climática, la presión sobre los recursos y las nuevas fronteras digitales?
Durante su intervención inaugural, el presidente de la UM6P, Hicham El Habti, definió el evento como una “ágora de saberes”, una plataforma de intercambio donde ciencia, ética y humanidad dialogan en pie de igualdad, subrayando la importancia de superar los marcos tradicionales de la investigación para situarla en el corazón del debate social: “Vivimos en un mundo que ya no se explica solo con datos, sino que exige marcos de análisis y claridad ética”.
En ese mismo sentido, El Habti recalcó el papel de regiones como el Mediterráneo y el sur global, a menudo vistas como espacios vulnerables, pero que representan también focos de innovación y reflexión crítica.
Daniel Nahon, fundador del foro, fue aún más directo al afirmar que la ciencia no puede seguir al margen de las decisiones políticas ni de las expectativas sociales. Para él, la responsabilidad científica ya no es un valor personal, sino una exigencia colectiva. “Las crisis —afirmó— no son anomalías, sino parte integral de la evolución. No se trata de resistirse al cambio, sino de aprender a navegarlo”.
Nahon abordó también la transformación del conocimiento científico, que hoy ya no sólo genera soluciones, sino que debe repensarse a sí mismo: desde los residuos y contaminantes como nuevos objetos de estudio, hasta el papel de las humanidades en la preservación de una brújula moral frente a los dilemas tecnológicos.
El cambio climático y la seguridad alimentaria ocuparon un lugar central en el debate. Las temperaturas en zonas agrícolas se elevan hasta cinco veces más rápido que en los océanos, lo que pone en jaque la producción de alimentos en vastas regiones del planeta. En este contexto, Nahon advirtió que sin una reorganización profunda del modelo agrícola, no habrá respuesta sostenible.
“La ciencia debe hablar el lenguaje del campo, del agricultor, del ecosistema”, apuntó, señalando que las herramientas digitales, la inteligencia artificial y la robótica deben ponerse al servicio de los pequeños productores y de una gestión justa del agua y la tierra.
El evento, que incluyó mesas redondas y sesiones interactivas, destacó el potencial de las ciencias del suelo, las energías renovables y la biotecnología para construir una agricultura resiliente. Pero también insistió en algo esencial: sin un anclaje en las ciencias sociales y humanas, la ciencia corre el riesgo de perder el rumbo.
En suma, las Mesas Redondas de la Arbois reafirman que el futuro no se construye únicamente con algoritmos o laboratorios, sino con decisiones informadas, éticas y colectivas. Marruecos, al acoger esta cita internacional, se posiciona como un actor relevante en ese diálogo entre conocimiento y responsabilidad.
19/05/2025









