En una apuesta por revitalizar los esfuerzos diplomáticos para poner fin al conflicto en Ucrania, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que este lunes 19 de mayo mantendrá conversaciones telefónicas con su homólogo ruso, Vladímir Putin, y posteriormente con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, además de dialogar con varios líderes de la OTAN.
El anuncio fue hecho a través de su plataforma Truth Social, donde Trump afirmó que el objetivo central de las llamadas será “poner fin al baño de sangre”. “Espero que sea una jornada productiva y que logremos un alto el fuego”, declaró el presidente, subrayando su intención de frenar un conflicto que, según estimaciones no oficiales, estaría costando más de 5.000 vidas de soldados rusos y ucranianos cada semana.
Estas gestiones diplomáticas surgen tras el fracaso de los primeros contactos cara a cara entre delegaciones rusas y ucranianas en Estambul, que concluyeron sin avances concretos, aunque se logró pactar un canje de prisioneros —mil por cada parte— como gesto de buena voluntad. No obstante, fuentes ucranianas revelaron que Moscú exigió la retirada inmediata de tropas ucranianas de las regiones ocupadas como condición para un cese de hostilidades, una demanda inaceptable para Kyiv.
Mientras tanto, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, sostuvo en Roma una reunión con el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, en la que propuso al Vaticano como posible sede de futuras negociaciones de paz. La Santa Sede ha confirmado su disposición a acoger dichas conversaciones, reforzando el papel del Vaticano como actor neutral y facilitador diplomático.
Pese a estos esfuerzos, la violencia en el terreno continúa escalando. Horas después de las negociaciones en Turquía, un ataque con drones rusos en la región de Sumy dejó nueve civiles ucranianos muertos, entre ellos una familia entera y varias mujeres mayores que intentaban evacuar. Kyiv ha calificado el ataque como un crimen de guerra deliberado, lo que complica aún más las perspectivas de distensión.
Expertos internacionales advierten que, aunque la reactivación del diálogo directo por parte de Trump podría marcar un punto de inflexión, las profundas discrepancias entre las exigencias rusas y las condiciones ucranianas, sumadas a la creciente desconfianza mutua, hacen improbable una solución inmediata. Aun así, los analistas coinciden en que cualquier canal abierto de comunicación entre las partes representa una oportunidad que no debe desaprovecharse.
La comunidad internacional sigue de cerca estos movimientos diplomáticos, mientras el conflicto ucraniano entra en una nueva fase marcada por el estancamiento militar y el resurgimiento de iniciativas políticas que, aunque aún frágiles, podrían sentar las bases para una eventual salida negociada.
18/05/2025









