En medio de una profunda transformación geopolítica en África occidental, Marruecos emerge como el nuevo salvavidas económico para los países del Sahel. Así lo revela un informe de la revista Business Insider, que subraya cómo Burkina Faso, Mali y Níger —naciones sin litoral y marcadas por la inestabilidad política— están apostando por Rabat como socio clave para romper su aislamiento geográfico y abrirse a los mercados internacionales a través de los puertos atlánticos marroquíes.
El informe destaca especialmente el interés de estos tres países, gobernados actualmente por juntas militares, en acceder a infraestructuras como el puerto de Agadir. La iniciativa marroquí que les permitiría acceder al océano Atlántico ha sido acogida con entusiasmo por los ministros de Exteriores de los tres Estados, miembros del emergente “Alianza de Estados del Sahel” (AES). Esta alianza, formada tras su retirada de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) en 2024, busca construir un nuevo bloque fuera del marco tradicional impuesto por sus antiguos socios regionales y occidentales.
El distanciamiento progresivo de estas tres naciones respecto a Francia y otros actores europeos se ha traducido, además, en una creciente cooperación con Rusia en el plano militar. En este contexto, Marruecos se perfila como un socio alternativo con una oferta concreta: facilitar el acceso a plataformas logísticas estratégicas sobre el Atlántico y reducir así la dependencia de países costeros como Benín, Senegal o Costa de Marfil.
La propuesta marroquí, presentada inicialmente en noviembre de 2023, cobra fuerza en paralelo con las inversiones que el reino alauí está desplegando en infraestructuras portuarias. Uno de sus proyectos más ambiciosos es el puerto de Dajla, cuya construcción —valorada en mil millones de dólares— pretende reforzar la proyección marítima del país hacia África subsahariana.
La dimensión geopolítica de esta aproximación no ha pasado desapercibida. Business Insider destaca que la reciente mediación de Marruecos para liberar a cuatro ciudadanos franceses retenidos en Burkina Faso, poco después del reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara por parte de Francia, puede interpretarse como una muestra del creciente acercamiento entre Rabat y las nuevas autoridades sahelianas.
En una señal inequívoca de ese acercamiento, el Rey Mohammed VI recibió el pasado lunes 28 de abril en el Palacio Real de Rabat a los ministros de Exteriores de Burkina Faso, Mali y Níger. En este encuentro, los diplomáticos trasladaron al monarca el agradecimiento de sus respectivos jefes de Estado por el compromiso constante de Marruecos con el desarrollo del Sahel y, en particular, por la iniciativa que busca conectar a estos países con el océano Atlántico.
Los ministros reiteraron su respaldo pleno a esta visión y se comprometieron a acelerar su implementación. Además, informaron al Rey sobre los avances institucionales de la AES, concebida como un nuevo marco de integración y cooperación entre las tres naciones, al margen de las estructuras regionales tradicionales.
Con esta apuesta estratégica, Marruecos refuerza su papel como actor clave en la reconfiguración de las alianzas africanas y consolida su posición como plataforma logística y diplomática entre el norte y el oeste del continente. ¿El comienzo de una nueva era para el Sahel? Todo apunta a que Rabat ya está moviendo ficha.
04/05/2025









