En el marco del Salón Internacional del Libro, un grupo de escritoras marroquíes se han dado a la tarea de discutir el rol de las mujeres y su literatura en la conferencia titulada «Escrituras femeninas en Marruecos y en la inmigración». Una discusión que ha revelado como la escritura en francés por parte de autoras marroquíes ha aumentado en los últimos años y ha abierto las puertas a ampliar las conexiones culturales de manera positiva.
En este contexto Rania Berrada, franco-marroquí, periodista en París y autora de novelas como «Najat de la survie» y «À torts et à raisons» comenta que el si bien ella ha escogido hablar del tema de migración, por que es su experiencia personal, es importante sacar a las autoras marroquíes de ese círculo y «dejar de decirnos que las mujeres deben escribir sobre las mujeres o las mujeres deben escribir sobre la inmigración o que las mujeres deben escribir sobre tal o tal tema. De hecho, las mujeres, como los hombres marroquíes, son libres de escribir sobre los temas que les interesan y debemos hacer entrar a los escritores marroquíes y africanos precisamente en estas dimensiones universales de la literatura, donde cada escritor es libre de llamar a su imaginación para escribir lo que quiera y no lo que le predestina».
La conferencia destacado el papel de literatura como ayudante a la comprensión y el entendimiento cultural más allá de las fronteras. Al existir cada vez más autores marroquíes alrededor del mundo, que escriben en francés o cuyas obras se traducen en este idioma, ha sido más fácil dar a conocer cómo viven y ven ellos el mundo y eso ha cambiado y mejorado la comprensión de los otros fuera del Reino sobre la identidad de Marruecos y cómo perciben y viven sus realidades.
Para Berrada, al exponer sus obras en Francia es al mismo tiempo abrirle los ojos a ese público sobre lo que viven las mujeres norafricanas, pues muchos ignoran la realidad de lo que es crecer como una mujer estos países. La autora comenta que «a menudo la gente en Europa se acostumbran a ver en los libros cuestiones relacionadas con el patriarcado, cuestiones relacionadas con la liberación de las mujeres. Pero son están menos acostumbrados a leer historias de mujeres que no salen solo del patriarcado, sino también que aspiran a encontrar un trabajo, a hacer sus estudios, que son actores agitantes en la sociedad y no solo cuestiones que sufren de la dominación, sino también cuestiones que aspiran a avanzar.»
Ejemplos como estos, y obras como las de Hajar Azzel, Dounia Hadni, Leila Slimani, entre otras marroquíes que ocupan ahora puestos importantes en las estanterías francesas y europeas, ha inspirado a una nueva generación a conocer más sobre sus vecinos del sur y hasta en ocasiones de sus antepasados y raíces. Son escritoras que exportan una imagen distinta de la mujer marroquí, como agentes de cambio dentro de sus propias sociedades.
Igualmente, cuando una mujer toca el tema de migración, revela el camino migratorio que a veces resulta tortuoso, con la prefectura, y las rigideces de la administración, que en lugar de contribuir a una integración fluida, en camino a la búsqueda de una vida digna en Francia o en otros países, aparecen como obstáculos a ese proceso. Y ante eso Berrada insiste que «el rol del escritor es también reestablecer la verdad, que no tiene nada que ver con estos estereotipos llevados por la gente que tiene un agenda política».
En este contexto, la actividad ha dejado en claro que la literatura escrita por mujeres marroquíes, tanto dentro del Reino como en la diáspora, representa hoy un espacio de emancipación, pluralidad y universalidad. Estas autoras han superado las limitaciones temáticas que durante años se les impusieron, reclamando con fuerza su derecho a imaginar, narrar y construir mundos más allá del género, la lengua o la geografía. En sus palabras, encontramos no solo relatos de exilio, resistencia o feminismo, sino también una literatura en pleno diálogo con lo humano, que interpela tanto a lectores africanos como europeos.
21/04/2025 María Angélica Carvajal









