Un informe del New York Times ha desvelado un proyecto de decreto presidencial, aún secreto, que propone una reestructuración radical del Departamento de Estado de Estados Unidos, incluyendo una reducción significativa de su presencia diplomática en África. Aunque la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, ha negado públicamente estas informaciones, el periódico detalla un plan que podría alterar significativamente el orden geopolítico actual, especialmente en el continente africano.
El proyecto contempla la eliminación de oficinas del Departamento de Estado dedicadas al cambio climático, la democracia y los derechos humanos, áreas que la administración Trump ha criticado con frecuencia. Estas reducciones presupuestarias se traducirían en el cierre de oficinas en el extranjero, incluyendo una reducción considerable de la embajada estadounidense en Ottawa, a pesar de las ambiciones expansionistas de Donald Trump hacia Canadá.
Sin embargo, la reducción más notable se daría en África. Según el plan filtrado, Washington considera que solo cuatro regiones son prioritarias para su presencia diplomática: Eurasia, Oriente Medio, América Latina y Asia-Pacífico. África queda excluida de esta lista prioritaria. El actual buró para África sería eliminado y sustituido por una «oficina del enviado especial para asuntos africanos», dependiente del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, en lugar del Departamento de Estado.
El proyecto también propone el cierre de «todas las embajadas y consulados no esenciales en el África subsahariana», agrupando las misiones restantes bajo la autoridad de un enviado especial. Esta reestructuración se suma a los informes de posibles recortes presupuestarios drásticos al Departamento de Estado, que podrían incluso llevar a la suspensión del financiamiento a la ONU. Dado que gran parte de la agenda del Consejo de Seguridad de la ONU se centra en África, esta medida tendría consecuencias de gran alcance para la resolución de conflictos y la cooperación internacional en el continente.
La implementación de estos cambios está prevista para el 1 de octubre, según las revelaciones del New York Times. La noticia ha generado incertidumbre y debate, ya que representa una ruptura con la tradicional estrategia de «soft power» estadounidense en África, basada en el financiamiento y la cooperación diplomática. La decisión de centralizar la política africana en el Consejo de Seguridad Nacional, en lugar del Departamento de Estado, sugiere un cambio de enfoque, priorizando la seguridad nacional y los intereses estratégicos a corto plazo sobre la cooperación a largo plazo y el desarrollo. La magnitud de estas consecuencias aún está por verse, pero sin duda marcará un antes y un después en la relación entre Estados Unidos y África.
21/04/2025









