Un reciente informe de la Foundation for Defense of Democracies (FDD), publicado el 17 de abril, ha puesto nuevamente en evidencia la creciente proyección geopolítica de Irán en el norte de África. De acuerdo con el documento, Teherán estaría operando en la región con el respaldo de Hezbolá, utilizando al Frente Polisario como intermediario para extender su influencia e introducir una lógica de desestabilización armada en el Magreb.
El grupo, asentado en los campamentos de Tinduf, Argelia, habría recibido armamento sofisticado —incluidos misiles tierra-aire SAM-9, SAM-11 y Strela— a través de canales gestionados por Hezbolá, con apoyo logístico de la embajada iraní en Argel. La denuncia recuerda que, ya en 2018, Marruecos rompió relaciones diplomáticas con Irán tras acusarlo de facilitar armas al Polisario, y desde entonces las señales se han multiplicado.
Analistas coinciden en que la estrategia no es nueva. Carlos del Valle, profesor titular en la Universidad de La Frontera de Chile, explica que “la estrategia de enemización se repite. Esta vez utilizando al Frente Polisario para extender el conflicto en nuevas fronteras”. A su juicio, Irán ha perfeccionado el uso de conflictos congelados como plataformas de proyección regional, tal como lo ha hecho en Siria, Yemen y el Líbano.
Las pruebas recopiladas por la FDD van desde imágenes satelitales que evidencian el uso de drones iraníes por parte del Polisario, hasta videos recientes —difundidos en redes sociales en enero de 2025— que muestran ataques contra posiciones marroquíes. En noviembre de 2024, incluso se reportó el lanzamiento de cohetes contra la ciudad marroquí de Mahbes durante una conmemoración de la Marcha Verde, presuntamente desde territorio argelino.
Este patrón de militarización inquieta también a actores políticos latinoamericanos. Para la congresista peruana Rosangella Barbarán, lo revelado por la FDD debería alertar a los países de la región: “Desde el Perú, la izquierda radical intenta darle espacio a la inexistente ‘República Saharaui’. El informe revela el envío de misiles y drones desde Argelia para atacar Marruecos. Irán instrumentaliza el conflicto del Sáhara usando al Polisario como brazo armado”.
La preocupación por las conexiones entre el Polisario y redes extremistas no es nueva, pero cobra fuerza con casos como el de Adnan Abou Walid al-Sahraoui, excombatiente del Polisario convertido en líder del llamado Estado Islámico en el Sahel. Una trayectoria que, según el consultor internacional Luis González, confirma el riesgo de radicalización en los campamentos de Tinduf: “Así se entiende mejor la posición de Marruecos en defensa de su integridad territorial”, apunta desde República Dominicana.
En este contexto, varios representantes latinoamericanos han coincidido en la necesidad de una respuesta clara. El senador brasileño Alan Rick sostuvo que “alimentar conflictos y atentar contra la soberanía de las naciones es actuar contra la paz mundial. Toda forma de terrorismo debe ser condenada con firmeza y urgencia”. En la misma línea, el senador chileno Iván Moreira no dudó en calificar al Polisario como “un movimiento terrorista” y reafirmó su apoyo a Marruecos “ante la expansión del eje Teherán-Hezbolá en África”.
Más allá del aspecto geoestratégico, el informe también pone el foco en las graves violaciones de derechos humanos en los campamentos de Tinduf, entre ellas, el reclutamiento sistemático de menores para fines militares. Una ONG con sede en Ginebra alertó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la presencia de cientos de niños entrenados en instalaciones del Polisario, privados de educación formal y expuestos a la violencia.
Ante este escenario, la FDD recomienda a Estados Unidos reforzar su respaldo a Marruecos a través de dos medidas concretas: abrir un consulado en la ciudad de Dajla y considerar la inclusión del Frente Polisario en la lista de organizaciones terroristas extranjeras. Para el asesor paraguayo Ignacio Martínez, esta es una ruta diplomática necesaria: “Luego del reconocimiento del Sáhara Marroquí, deben instalarse consulados en Dajla. Las relaciones deben tener visión política y el comercio internacional se sustenta en la paz”.
La senadora chilena Yasna Provoste también instó a adoptar medidas firmes. “Para nosotros, la lucha contra el terrorismo es una prioridad. Por eso condenamos los vínculos de grupos terroristas con el Polisario. El Estado de Chile debe declararlo como movimiento terrorista”.
Desde una perspectiva más institucional, Guido Girardi, vicepresidente de la Fundación Encuentros del Futuro, se alineó con la postura europea sobre el Sáhara: “Al igual que lo ha hecho España con su apoyo a la autonomía del Sáhara dentro de Marruecos, respaldamos al gobierno marroquí frente al intento de desestabilización respaldado por Irán y grupos terroristas como Hezbolá y el Polisario”.
Mientras el Magreb se convierte en un nuevo tablero de influencia para Irán y sus aliados, América Latina observa con atención. Las advertencias están sobre la mesa y el desafío ahora es no subestimarlas. En un mundo cada vez más interconectado, ignorar la expansión del eje Teherán-Hezbolá en África podría tener consecuencias que trascienden fronteras.
Abdelhalim ELAMRAOUI
20/04/2025









