París ha sido escenario de un primer intercambio entre representantes estadounidenses, europeos y ucranianos sobre la guerra en Ucrania. Esta reunión, preámbulo de una futura cita en Londres, se produce en un momento de estancamiento en las negociaciones de alto el fuego impulsadas por Washington y ante el deseo de Europa de tener un papel más activo en la búsqueda de la paz. Al final de la jornada, Emmanuel Macron celebró la «importante ocasión de lograr una convergencia», sugiriendo un posible avance hacia el fin del conflicto.
Por su parte, El Elíseo calificó el encuentro como un «excelente intercambio». A través de la plataforma X (antiguo Twitter), Macron destacó la naturaleza «positiva y constructiva» de las discusiones en favor de una paz sólida. «Hemos iniciado hoy en París un proceso positivo en el que los europeos están involucrados», afirmó la presidencia francesa. El maratón diplomático que tuvo lugar en la capital francesa refleja la voluntad de Europa de recuperar protagonismo tras haber permanecido al margen de las negociaciones durante un tiempo considerable.
En la mesa de diálogo se sentaron el jefe de gabinete de Volodymyr Zelensky, los ministros ucranianos de Defensa y Asuntos Exteriores, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, el enviado especial de la Casa Blanca, Steve Witkoff, junto al presidente Macron y representantes de Alemania y Reino Unido. Este encuentro evidencia un acercamiento entre una Europa que busca imponer su voz y unos Estados Unidos que desean poner fin al conflicto. Rubio, a través de X, declaró estar «en París con un único objetivo: encontrar soluciones concretas para terminar la guerra y detener el innecesario derramamiento de sangre».
Aunque se ha filtrado poca información sobre el contenido de las conversaciones, su excepcionalidad genera esperanzas de una postura común entre europeos y estadounidenses, ausente en los últimos meses. Sin embargo, esta dinámica preocupa a Moscú, que acusa a los europeos de intentar sabotear el incipiente diálogo bilateral entre Rusia y Washington.
La cohesión occidental frente a Rusia se ha debilitado tras el acercamiento entre Donald Trump y Vladimir Putin. A pesar de su promesa de poner fin a la guerra en 24 horas si era reelegido, Trump no ha logrado aún un acuerdo de alto el fuego. Los únicos avances tangibles se limitan a la suspensión de ataques en el Mar Negro, una tregua frágil que ambas partes se acusan mutuamente de incumplir.
En este contexto, Washington busca el apoyo de Europa para desbloquear la situación. Las conversaciones en París se centraron en la formación de una «coalición de voluntarios» de una treintena de países aliados de Ucrania, con el objetivo de crear una «fuerza de seguridad» que garantice un eventual alto el fuego y prevenga nuevos ataques rusos. Esta fuerza representa una línea roja para Rusia, a la que europeos y estadounidenses deberán responder de forma coordinada si aspiran a un cese de las hostilidades. Nuevas conversaciones con el mismo formato están previstas para la próxima semana en Londres.
18/04/2025