La reciente visita del Ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita, a Washington, no es un simple acto diplomático; representa una pieza clave en la compleja geopolítica del Norte de África. La reunión con altos funcionarios de la administración estadounidense, incluyendo al Secretario de Estado Marco Rubio, se enmarca dentro de una estrategia marroquí de consolidación de alianzas estratégicas en una región en profunda transformación. Esta visita, realizada justo antes de la presentación del informe de la ONU sobre el Sáhara, y la ausencia de otros ministros magrebíes en encuentros de similar envergadura, subraya la singular posición de Marruecos en el contexto regional.
La visita de Bourita trasciende la mera cooperación bilateral. Marruecos, bajo el liderazgo del Rey Mohammed VI, se ha posicionado como un actor fundamental para la estabilidad regional, contrapunto a las crecientes tensiones y conflictos que azotan el Norte de África y el Sahel. Esta estabilidad, evidenciada en su desarrollo económico y social, contrasta con la situación de países vecinos como Argelia, y se convierte en un atractivo crucial para las potencias internacionales preocupadas por el extremismo y la inestabilidad política. Esta estrategia se ve reforzada por la creciente actividad de Argelia en su acercamiento a la administración Trump en sectores estratégicos como defensa, hidrocarburos y agricultura, convirtiendo la visita de Bourita en una respuesta estratégica a esta dinámica regional.
El reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí sobre el Sáhara, junto con el apoyo al plan de autonomía marroquí, son pilares de esta alianza estratégica. Esta postura de Washington no es solo una cuestión de política exterior; es una apuesta por la resolución pacífica de un conflicto de larga data, considerando el plan de autonomía como la base para negociaciones futuras. Este apoyo contrasta con las posturas históricamente menos conciliadoras de Argelia, acentuando la importancia de la posición marroquí en la búsqueda de una solución duradera.
La cooperación marroquí-estadounidense es multifacética. El significativo volumen de intercambio comercial, el rol de Marruecos como principal comprador africano de material militar estadounidense, y la celebración anual del ejercicio militar «African Lion», demuestran una relación sólida que va más allá de la simple cooperación bilateral. Esta profunda colaboración contrasta con las relaciones, a menudo más complejas, que Estados Unidos mantiene con otros países de la región, incluyendo Argelia, y resalta la importancia estratégica de Marruecos para Washington.
En un contexto internacional en constante cambio, la visita de Bourita a Washington representa un movimiento crucial en el tablero geopolítico. Marruecos se consolida como un socio fundamental para Estados Unidos en una región estratégica, proyectando una imagen de estabilidad y cooperación en un entorno complejo. Esta visita no solo refuerza la relación bilateral, sino que envía un mensaje claro a nivel regional e internacional: la estabilidad y la cooperación en el Norte de África pasan, inevitablemente, por Marruecos.
09/04/2025