En un escenario internacional frecuentemente polarizado por conflictos enquistados, el discurso de Mohamed Ould Errachid en la Unión Interparlamentaria (UIP) ofrece una ventana a la estrategia marroquí para abordar el diferendo del Sáhara: una combinación de firmeza en los principios, apego al multilateralismo y una apuesta por el desarrollo como herramienta de cohesión. Lejos de ser un mero ejercicio retórico, esta postura refleja un enfoque construido durante décadas, que busca conciliar la defensa de la soberanía con un compromiso activo en la arena global.
La ONU como eje de una diplomacia responsable
Marruecos, al insistir en que la ONU es el único foro legítimo para resolver el conflicto, no solo defiende su posición territorial, sino que reivindica un orden internacional basado en reglas claras y procesos consensuados. Esta postura, lejos de ser un recurso dilatorio, se alinea con el espíritu de la Carta de las Naciones Unidas, que prioriza la negociación pacífica y la soberanía de los Estados. Errachid, como representante electo de El Aaiún, subraya un hecho clave: desde 2007, Marruecos ha presentado ante la ONU una Iniciativa de Autonomía para el Sáhara, reconocida por varios países como «seria, creíble y realista».
Este plan, que propone un gobierno regional autónomo bajo soberanía marroquí, busca equilibrar las aspiraciones de la población local con la integridad territorial. Aunque criticado por quienes exigen un referéndum de independencia, la propuesta marroquí ha ganado respaldo internacional precisamente por su pragmatismo: en un contexto regional frágil —con amenazas terroristas y tensiones migratorias—, Rabat ofrece estabilidad y un marco de derechos garantizados, evitando el riesgo de un Estado fallido en una zona estratégica.
Desarrollo Inclusivo: La Respuesta Marroquí al Estancamiento
Uno de los pilares menos discutidos, pero más transformadores, de la estrategia marroquí es su inversión en el desarrollo socioeconómico del Sáhara. Bajo el liderazgo de Mohammed VI, el Reino ha lanzado ambiciosos proyectos en la región: desde el puerto de Dakhla Atlántico —diseñado para convertirse en un hub comercial entre África y Europa— hasta programas de vivienda, educación y salud que buscan mejorar la calidad de vida de los habitantes. Estos esfuerzos, con un presupuesto de miles de millones de dólares, no son simples gestos simbólicos: responden a una visión que vincula la legitimidad política con el progreso material.
Errachid, al destacar el nombramiento de Marruecos como co-facilitador de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, no solo celebra un logro diplomático, sino que enfatiza un mensaje más amplio: el país está comprometido con un modelo de crecimiento inclusivo. La prioridad a la justicia social y al Estado de bienestar, pilares del «nuevo modelo de desarrollo» marroquí, refuerza la narrativa de que la autonomía bajo soberanía marroquí no es una concesión, sino una oportunidad para construir prosperidad compartida.
Diálogo y contrapropaganda: La batalla contra las narrativas fragmentadas
Al denunciar los foros «extraONU», Marruecos no solo protege su posición jurídica, sino que evita la dispersión de esfuerzos en un conflicto donde la desinformación y el lobbying internacional suelen enturbiar las aguas. La insistencia en centralizar las conversaciones en la ONU refleja una lección aprendida: en disputas territoriales complejas, la fragmentación de iniciativas paralelas puede alimentar la polarización.
Además, la presencia de Errachid en la UIP como representante de El Aaiún —junto a su énfasis en la artificialidad del conflicto— busca desmontar la imagen de un Sáhara ocupado. Al presentar a líderes locales integrados en instituciones marroquíes, Rabat contrarresta la narrativa del colonialismo y subraya la participación saharaui en su sistema político. No es un dato menor: en las últimas elecciones legislativas, los partidos políticos del Sáhara obtuvieron escaños, y la región cuenta con representantes en el Parlamento y en cargos ministeriales.
Reconocimiento internacional: Un activo en expansión
La postura marroquí ha logrado avances significativos en los últimos años. Más de 80 países —incluyendo potencias como Emiratos Árabes Unidos, Alemania y España— han respaldado explícitamente el Plan de Autonomía. Además, el reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí en 2020 bajo la Administración Trump, refleja una tendencia geopolítica: varios Estados priorizan la estabilidad y la cooperación antiterrorista en el Sahel, áreas donde Marruecos es un aliado clave.
La designación del embajador marroquí como co-facilitador en la ONU, mencionada por Errachid, es otro indicador de este reconocimiento. Marruecos ya no es percibido como un actor periférico, sino como un intermediario creíble en temas globales, desde la migración hasta el cambio climático. Este capital diplomático fortalece su posición en el Sáhara, al vincular su solución con su rol como estabilizador regional.
Hacia un futuro de integración
El discurso de Errachid no es solo una defensa de lo adquirido, sino una apuesta por el futuro. Marruecos, al combinar firmeza institucional con inversión en desarrollo, propone un camino alternativo a los modelos clásicos de descolonización: uno donde la autonomía y la integración económica sustituyan a la fragmentación.
Si bien persisten desafíos —como garantizar plenos derechos políticos y culturales para los saharauis—, la estrategia marroquí ofrece un marco para transformar un conflicto histórico en una oportunidad de cohesión. En un mundo donde las crisis se multiplican, la insistencia en el diálogo bajo paraguas de la ONU, respaldada por acciones concretas en el terreno, podría ser no solo la opción más realista, sino la única viable para evitar un nuevo ciclo de confrontación.
Como bien señaló Errachid, la clave está en priorizar «la estabilidad y la paz regional». Y en esa misión, Marruecos parece decidido a liderar con ejemplo, construyendo puentes —literales y metafóricos— en un territorio que, más allá de las disputas, merece un futuro de prosperidad compartida.
Mohamed BAHIA
07/04/2025









