La Fuerza Aérea israelí bombardeó este viernes un edificio en los suburbios del sur de Beirut, en lo que constituye el primer ataque aéreo intenso contra la capital libanesa desde el alto el fuego acordado en noviembre entre Israel y Hezbolá.
Según, Reuters, la explosión generó una gran columna de humo negro y se escuchó en toda la ciudad, desatando el pánico entre los residentes. Horas antes del ataque, el Ejército israelí emitió una orden de evacuación inédita para los suburbios del sur de Beirut, específicamente en el barrio de Hadath, advirtiendo que el área albergaba «instalaciones de Hezbolá». El portavoz militar en árabe, Avichay Adraee, publicó en la red social X un mapa con edificios marcados en rojo, instando a los civiles a abandonar la zona.
La Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) describe que tras las advertencias, el caos se apoderó de la zona ya que los residentes trataron de huir. El bombardeo se produjo después de que Israel interceptara dos cohetes lanzados desde el sur del Líbano hacia el norte del país. Uno fue derribado, mientras que el otro cayó en territorio libanés, según un comunicado militar israelí.
El primer ministro libanés, Nawaf Salam, pidió al ejército que arrestara a los responsables de los lanzamientos de cohetes, calificándolos de «acto irresponsable». Sin embargo, una fuente de Hezbolá negó su participación en los ataques y reiteró su compromiso con la tregua en declaraciones a la Radio Al Nour, afiliada al grupo.
Este ataque en Beirut se produce 10 días después de que Israel reanudara los bombardeos diarios en Gaza, el 18 de marzo, lo que ha reavivado tensiones en la región. Las fuerzas israelíes también realizaron incursiones aéreas en el sur del Líbano, aunque sin ofrecer detalles sobre los objetivos.
Entre tanto, la diputada libanesa Najar Aoun Saliba ha intervenido en Al Jazeera para exigir el cumplimiento de la Resolución 1701 de la ONU, que prohíbe a cualquier grupo no estatal portar armas en Líbano. Sus declaraciones añaden un frente político a la crisis desatada tras el ataque. Pues, Saliba asegura que la presencia de armas fuera del control del Estado debilita al gobierno y obstaculiza las gestiones diplomáticas para lograr la retirada israelí del sur de Líbano, ocupado parcialmente desde 2006. La diputada hizo un llamado velado a la ONU y potencias globales para que presionen a Israel a detener sus incursiones, pero también para que supervisen el desarme de grupos armados en Líbano.
28/03/2025