Marruecos pisa el acelerador en su carrera por convertirse en un referente de la industria automotriz. Con una producción que recientemente alcanzó el millón de vehículos anuales, el país norteafricano no se conforma y apunta aún más alto: dos millones de unidades para 2030. Este ambicioso objetivo, impulsado por el Ministro de Industria y Comercio, Riyad Mezzour, refleja la determinación de Marruecos por transformar su economía y consolidar su posición como un actor clave en el panorama automovilístico global.
El éxito de esta apuesta no depende únicamente del aumento de la producción. El verdadero desafío reside en fortalecer la industria local de componentes. Actualmente, la dependencia de las importaciones limita el potencial de crecimiento y reduce el valor añadido generado en el país. Para revertir esta situación, Marruecos se enfoca en impulsar la transformación de materias primas y la fabricación de componentes estratégicos, desde motores y cajas de velocidades hasta neumáticos y otros elementos esenciales.
El acuerdo con Stellantis, uno de los gigantes del sector, ilustra esta estrategia. El convenio no se limita a duplicar la producción de vehículos, sino que contempla cuadruplicar la capacidad de producción de motores. Esta apuesta por la integración local es crucial para maximizar el impacto económico de la industria automotriz y crear una base sólida para un crecimiento sostenible a largo plazo.
La visión de Marruecos trasciende la fabricación de vehículos tradicionales. La expansión de la producción de vehículos de micro-movilidad, impulsada por empresas como Stellantis, refleja la apuesta por la innovación y la adaptación a las nuevas tendencias del mercado, incluyendo los vehículos eléctricos y las soluciones de movilidad urbana. En este contexto, el desarrollo de un ecosistema para la producción de baterías y sistemas de gestión de baterías se presenta como una oportunidad estratégica para posicionar a Marruecos en la vanguardia de la electrificación del transporte.
La reactivación de la industria de neumáticos, con la reciente inauguración de una planta en Tánger, es otro ejemplo del impulso que Marruecos está dando al sector. Esta nueva fábrica, que abastecerá tanto al mercado local como a las plantas de Renault y Stellantis, contribuye a fortalecer la cadena de suministro y a aumentar la competitividad del país en el mercado global.
El camino hacia los dos millones de vehículos en 2030 no está exento de obstáculos. La integración de componentes complejos, como el vidrio, la fundición y los sistemas electrónicos, requiere un salto tecnológico y un desarrollo de capacidades locales. Sin embargo, la ambición, la planificación estratégica y la alianza con actores globales posicionan a Marruecos en una trayectoria prometedora para alcanzar sus objetivos y consolidarse como un hub automovilístico de referencia en la región.
19/03/2025









